Por Gustavo Saba - Twitter: @gustavsaba
Todo le fue adverso a Horacio, que nació sin audición en el oído derecho y solo un 18% de audición en el lado izquierdo, lo que dificulta su escucha y su dicción.
“No es muy fácil ser arquero, hay que tener mucha atención. Me sorprendí porque desde que entré al arco me fue fácil atajar”, comenta Horacio con su dificultad para hablar.
Almada disfruta de su presente. Foto: José Molinas/Última Hora
No solamente su problema de audición fue el problema, también sufrió de meningitis, lo que hacía que la familia le restrija ciertas cosas, y también ante eso tuvo que luchar.
“Mi familia me dijo que no le gustaba esto. De pequeño lloraba mucho porque no me dejaban ir a practicar, por mi enfermedad, mi mamá no me dejaba. A pesar de enojarme con papá y mamá, yo insistí, me escapé y empecé a entrenar intensamente, fue Pinozá que me abrió la puerta”, recordó Almada que inició su carrera semi profesional a los 15 años.
Esfuerzo. Con todas las dificultades, Horacio se hizo lugar en el ascenso, jugó en Pinozá, Resistencia y Fulgencio Yegros, donde ascendió a la Primera B en el 2014 siendo el portero títular. Ahí lo compró River Plate.
El sueño de Horacio es jugar en Primera División. Foto: José Molinas/Última Hora
“Mi sueño es ser jugador de Primera División, de a poco estoy progresando, me gustaría algún día entrenar con la Selección”, cuenta entusiasmado Horacio.
Día a día este joven portero avanza, pese a su discapacidad, con el apoyo del cuerpo técnico que realiza trabajos especiales para que se adapte y la fuerza de sus compañeros es un valor en el River puntero.