La clave de la jornada fue el polvo en suspensión que había en los tramos. En un día en el que los pilotos compitieron sobre grava y asfalto, los primeros en salir se vieron favorecidos por su puesto, cuando en teoría no es así. La sequedad de la zona hizo que los coches levantaran mucho polvo, que tardaba mucho en bajar, lo que restó aire y potencia a los motores de los competidores que salían más atrás.
Loeb se mantuvo al frente hasta el ecuador de la jornada, siempre manteniendo una distancia mínima sobre Latvala y con Ogier apretando y buscando colocarse entre los dos.
Pero a la vuelta del parque cerrado, Latvala apretó todo cuanto pudo. Teniendo en cuenta que una victoria suya impediría sumar algunos puntos a Loeb, buscó y consiguió colocarse líder.
Pero un pinchazo en el último tramo le hizo perder más de cuarenta segundos, con lo que le devolvió el liderato a Loeb para quedar a más de medio minuto.
No fue el único con problemas. La lista de bajas la encabeza el noruego Petter Solberg (Citroen), el más rápido ayer en los entrenamientos, que en el primer tramo arrancó una rueda de su DS3.
El estadounidense Ken Block (Ford) tuvo un accidente en el primer tramo y no pudo continuar, mientras que el finlandés Kimmi Raikkonen (Citroen) sufrió un problema mecánico que le impidió terminar el tercer tramo. Además, Ogier también sufrió un pinchazo en el quinto tramo y perdió más de un minuto.
La jornada de mañana contará con un total de 479,02 kilómetros de los que 143,54 serán cronometrados y repartidos en seis especiales. La última comenzará a las 16:41 horas. Será enteramente sobre asfalto y con el dominio demostrado por Loeb sobre este tipo de superficie se espera que pueda aumentar su ventaja sobre sus perseguidores. EFE