Los dos conjuntos tratarán de lograr su primer y codiciado trofeo internacional en el estadio General Pablo Rojas, del club asunceno Cerro Porteño, el cual reconocieron este viernes y ofrece un aforo para más de 40.000 espectadores.
Los ecuatorianos parten de la experiencia de haber disputado ya una final continental, la Libertadores de 2016, donde cayeron derrotados a doble partido contra el Atlético Nacional, de Colombia.
Su entrenador, el español Miguel Ángel Ramírez, contará con el plantel que ha llegado a la final, aunque el extremo derecho Ángelo Preciado comenzará previsiblemente en el banquillo, afectado por la fractura del quinto metatarsiano del pie que sufrió en semifinales.
En Independiente también brilla con luz propia el delantero el panameño Gabriel Torres, cuyos goles fueron imprescindibles para que los ecuatorianos sellasen el pase en las semifinales contra el Corinthians brasileño.
A destacar la presencia del central Cristian Pellerano, que a sus 37 años es uno de los motores del equipo y aporta la templanza de haber ganado una Sudamericana, en 2010 con el argentino Independiente.
Para el equipo de Santa Fe se trata de la primera final que alcanza en sus 114 años de historia, un aliciente extra para los miles de aficionados argentinos que monopolizarán las gradas del estadio debido a la frontera terrestre compartida con Paraguay.
El técnico argentino Pablo Lavallén adelantó a los medios que cuenta con todos sus futbolistas en plenas condiciones físicas y mentales para la importante final, pero que sería en la tarde del viernes, tras el reconocimiento de la cancha, cuando tenga al cien por cien la alineación elegida.
Como figura de los Sabaleros destaca Luis Rodríguez, el veterano punta argentino, de 34 años, que lleva anotadas cuatro dianas en la competición y busca proclamarse máximo goleador y campeón con su equipo de esta histórica edición de la Sudamericana.