Ante 60.000 espectadores, que acudieron a San Siro para recibir al veterano sueco, de 38 años, el Milan acabó el partido sin goles y se quedó duodécimo, con 22 puntos, a trece unidades de distancia de la zona de Liga de Campeones.
Con “Ibra” sentado en el banquillo al comienzo del duelo, el Milan siguió mostrando límites, contra un Sampdoria al que fue anulado un gol por fuera de juego al borde del descanso y que rozó la ventaja nada más empezar la reanudación con Manolo Gabbiadini, cuyo disparo fue despejado bajo palos por el francés Theo Hernández tras un anterior toque del meta Gianluigi Donnarumma.
Los 60.000 aficionados de San Siro asistieron a un nuevo partido complicado para el equipo milanista, que pese a tocar con calidad en algunos momentos, estuvo falto de pegada en la delantera y tímido en defensa.
Pasaban los minutos y, en el 55, llegó el momento de Ibrahimovic. El delantero sueco saltó al campo en sustitución del polaco Krzysztof Piatek y recibió una larga ovación de su hinchada, ilusionada por su regreso después de que vistiera la camiseta del Milan de 2010 a 2012.
Ibrahimovic regaló detalles de técnica y se acercó al gol con un disparo de cabeza despejado por el defensa gambiano Omar Colley, pero el Milan siguió arriesgando mucho defensivamente, y solo unas grandes paradas de Donnarumma mantuvieron la igualdad.
Fue un nuevo disgusto para un equipo milanista que solo ganó seis partidos de los 18 disputados este año y que está hundido en la clasificación, muy lejos de la zona de Liga de Campeones (23 puntos) y también de la Liga Europa (7 puntos).