El canadiense Jacques Villeneuve, campeón del mundo de Fórmula Uno en 1997, rindió homenaje a su padre Gilles en el circuito italiano de Fiorano, pilotando el Ferrari 312 T4 que éste utilizó en 1979. Este tributo se debe a que en la fecha se cumplen 30 años del fallecimiento del piloto.
Villeneuve efectuó varios giros al citado circuito en homenaje a su padre, quien fallecido el 8 de mayo de 1982 a causa de un accidente durante los entrenamientos para el Gran Premio de Bélgica, al volante de un Ferrari 126C2, en el circuito de Zolder.
Con el 312 T4, Gilles Villeneuve, que murió con 32 años, fue subcampeón mundial en 1979, año en que ganó el título el surafricano Jody Scheckter, que en esos momentos era su compañero de equipo.
En total, disputó 67 Grandes Premios de Fórmula Uno en los que obtuvo seis victorias -tres de ellas con ese monoplaza-, trece podios y dos ‘poles’. El último de los seis triunfos de Gilles Villeneuve lo obtuvo en el Gran Premio de España de 1981, disputado en el madrileño circuito del Jarama.
Su hijo Jacques logró en 1997 lo que su padre no pudo conseguir: ser campeón del mundo de Fórmula Uno. Lo hizo en su segunda temporada en la categoría máxima y al volante de un Williams Renault, con el que logró ese año siete de las once victorias que firmó en Fórmula Uno.
Al evento, que tuvo lugar hoy en Fiorano, asistieron el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo y el vicepresidente de la escudería italiana, Piero Ferrari; así como los dos pilotos de la misma, el doble campeón mundial español Fernando Alonso y el brasileño Felipe Massa.
Jacques Villeneuve compartió equipo durante tres Grandes Premios -los tres últimos de 2004- con el doble campeón mundial asturiano, con el que coincidió en Renault.
EFE