Los croatas se vieron obligados a recurrir a la presencia de sus máximas estrellas en la segunda mitad para acabar con la resistencia del equipo maltés.
Un guión que no entraba en los planes del seleccionador croata Zlatko Dalic, que dejó de inicio en el banquillo a piezas clave como el propio Modric, el atlético Sime Vrsaljko o los interistas Marcelo Brozovic e Ivan Perisic.
Apuesta de la que el preparador balcánico se vio obligado a desdecirse en el arranque de la segunda mitad, tras el gris 0-0 con el que los croatas se marcharon al descanso.
Y es que pese a la insistencia de los locales, la selección croata, con la excepción de un cabezazo a los 14 minutos de Mario Pasalic, que se topó con el larguero, apenas fueron capaces de crear claras ocasiones de gol.
Dalic dio entrada a los nueve minutos de la segunda mitad a Luka Modric, Ivan Perisic o Josip Brekalo.
Cambios que no tardaron en dotar de una mayor clarividencia al juego ofensivo del conjunto croata, que logró romper a los 62 minutos la “muralla” maltesa con un gol (1-0) de Ivan Perisic.
El tanto pareció dar nuevos bríos a los vigentes subcampeones del mundo, que en la última media hora de juego dejaron patente la distancia que separa a ambos conjuntos.
Diferencia que se encargaron de trasladar al marcador el madridista Luka Modric, que firmó a los 76 minutos el 2-0 de penalti, y Josip Brekalo, que estableció en el 90 el defintivo 3-0.
El resultado permite a Croacia arrebatar a Rusia la primera plaza del grupo H gracias a su mejor diferencia de goles, tras la derrota (2-1) encajada este martes por los rusos en su visita a Eslovaquia.