ROQUE SANTA CRUZ: UN ELEMENTO AGUTINANTE
Antes de la asunción de Daniel Garnero como nuevo entrenador de Olimpia, Roque Santa Cruz estaba más cerca del túnel de salida. El argentino entendió que esta leyenda del fútbol paraguayo es un factor aglutinante y que tenerlo en el plantel significaba un plus. Así lo fue. Después la historia es conocida, se puso bien físicamente, jugó más de lo pensado, y en el partido 100 con la franja azabache, Roque recibe una caricia de la gloria como pago a su perseverancia.
ALFREDO AGUILAR, EL HOMBRE DE LA SEGURIDAD
Su arribo a Para Uno despertó cierta desconfianza, pero rápidamente despejó todas las dudas a puro manotazos. En muchas ocasiones fue el salvavidas del Rey. Por rendimiento, el que emergió de las polvorientas canchitas de barrio de Santaní, hoy se constituyó en uno de los artífices principales de la estrella 41. Recibió 18 tantos, cifra que lo ubica en el segundo arquero menos batido tras el de Cerro Porteño (15).
LOS GOLES DE CAMACHO Y MENDIETA: 23 CONQUISTAS
El ataque de Olimpia se movió a ritmo de Néstor Camacho y William Mendieta. El primero mantuvo un nivel parejo y fue más determinante, más decisivo que el ‘Mago’. El “10" rozó la excelencia en la primera ronda, después sufrió algunos vaivenes a causa de los rigores de la competencia. Entre los dos marcaron 23 goles. La mitad de lo que produjo el Decano en estas 20 jornadas (46 en total).
JORGE ORTEGA: EL SALVADOR DE DOS PARTIDOS
Sin las conquistas de Jorge Ortega, el Franjeado no podría aún hoy agrandar más su palmarés. El delantero se quedó en Para Uno porque el fútbol es sencillamente imprevisible. Estaba haciendo las maletas para irse a Brasil, pero la lesión de Óscar Giménez hizo que se quedara en el plantel. Tardó en ponerse bien en lo físico, pero su aporte fue determinante para el empate ante Sol de América y la victoria ante Santaní.
DANIEL GARNERO, EL ESTRATEGA CON ESTILO CLARO
Pese a ser el integrante más nuevo del ambicioso proyecto, el entrenador argentino logró transferir rápidamente la idea de juego. Y el plantel lo asimiló también de forma directa. Una vez que se congeniaron estos elementos, el técnico dio estabilidad a un onceno que salía casi de memoria. El esquema no padeció modificaciones forzadas por lo que el estilo se alió a los principios del practicismo que lo condujo al éxito.