Button se convirtió en el primer líder del Mundial de los campeones al dominar un Gran Premio en el que su equipo causó una gran impresión -su compatriota y compañero Lewis Hamilton fue tercero- y en el que Alonso optimizó al máximo los recursos de su Ferrari para acabar quinto, detrás de los McLaren y los Red Bull del alemán Sebastian Vettel, que fue segundo, y del australiano Mark Webber, cuarto.
Alonso salvó el domingo un pobre fin de semana para la escudería italiana al remontar siete puestos en una carrera en la que partió duodécimo de parrilla, motivo por el que advirtió a su equipo que reaccionar pronto sería un acierto, porque de distinta forma habría que pensar en felicitar a otros.
La primera reacción no se hizo esperar y tanto el director del equipo, el italiano Stefano Domenicali, como el director técnico de la escudería, el inglés Pat Fry, no viajaron directamente de Melbourne a Kuala Lumpur, sino que lo hicieron a Maranello, sede del único equipo que ha participado en todos los Mundiales de F1 desde su creación, en 1950. Con el fin de agilizar trámites con miras a perfilar un sistema de trabajo que permita recortar cuanto antes las diferencias que se dejaron entrever en Melbourne con respecto a las principales potencias de la categoría.
Si algo parece faltarle al coche de Alonso es velocidad punta y tracción, precisamente las principales características del circuito de Sepang, donde máquinas y pilotos sufrirán la alta temperatura y la excesiva humedad como en ningún otro sitio en todo el campeonato.
En cualquiera de los casos, ninguno de los coches participantes en un Mundial que, a primera vista, parece más igualado, sufrirá excesivos cambios respecto a Australia, así que, presumiblemente, Alonso deberá exprimir de nuevo todo su talento durante las 56 vueltas que se darán el domingo a una pista de 5.543 metros, que mezcla curvas de media y alta velocidad, secciones lentas y retorcidas y tiene dos largas rectas de casi un kilómetro cada una.
Donde arrancarán los entrenamientos libres este viernes (noche del jueves al viernes en España) y donde los monoplazas calzarán neumáticos duros (raya dorada) y medios (blanca), los compuestos elegidos por el suministrador único, Pirelli.
Eso suponiendo que no llueva, porque las previsiones meteorológicas indican lo contrario -anuncian tormentas- para las próximas sesiones vespertinas y en Malasia tanto la crono como la carrera se disputarán a las cuatro de la tarde (08.00 GMT, que, dado el cambio de horario previsto en España serán las nueve de la mañana, el sábado; y las diez, el domingo).
La mayoría de los pilotos, que tendrán que superar las condiciones adversas de humedad y calor, han dedicado las horas previas al Gran Premio a aclimatarse haciendo ejercicios físicos en condiciones similares a la carrera, aunque según explicó Edoardo Bendinelli, el fisioterapeuta de Alonso, “no existe una fórmula mágica para evitar el calor en Malasia”, donde suele haber el doble de humedad que en Melbourne.
El venezolano Pastor Maldonado (Williams), que se lo puso difícil a Fernando en el tramo final del GP de Australia, antes de estrellarse en la última vuelta, cuando pilotaba hacia el sexto puesto, confía en desquitarse en Sepang y firmar una buena carrera.
Algo a lo que también aspira el mexicano Sergio Pérez (Sauber), que también firmó una buena actuación en Australia. ‘Checo’ fue de los que hoy dio la vuelta corriendo a la pista malaya, al igual que el español Pedro de la Rosa (HRT), que lo hizo acompañado de su compatriota Dani Clos, probador del equipo español.
Ni De la Rosa, ni su compañero indio Narain Karthikeyan lograron clasificarse para el GP de Australia, al superar el 107 por ciento del mejor tiempo de la primera sesión (Q1) de la calificación. En Malasia, el equipo que dirige Luis Pérez Sala espera mejor suerte. EFE