22 jun. 2025

La Superliga europea, una fractura abierta

Ocho meses después de su irrupción, la fractura causada por la Superliga europea continúa abierta, a la espera de que se pronuncie el Tribunal de Justicia.

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Una posible Superliga Europea contaría con 15 equipos fundadores, entre ellos tres clubes españoles, a los que se les habría ofrecido hasta 350 millones de euros a cada uno para unirse a la competición, según un borrador desvelado el pasado enero por el diario británico “The Times”.

Foto: Gentileza.

Este tiene que determinar si hay abuso de posición dominante de la FIFA y de la UEFA al impedir la organización de competiciones fuera de su ámbito, como plantea la Superliga europea, una idea que fue respaldada en principio por doce clubes y a la que solo se mantienen fieles tres: los españoles Real Madrid y Barcelona y el italiano Juventus.

El tribunal de la UE descartó abordar el tema por el procedimiento de urgencia -lo que puede retrasar su pronunciamiento más de un año-, pero lo tiene sobre la mesa desde mayo. Su palabra será clave para el desenlace de un conflicto latente, que enfrenta a clubes europeos entre sí y a clubes con organizaciones como la UEFA principalmente.

La última ficha en el tablero la ha movido el Parlamento Europeo, con la aprobación por amplia mayoría de un informe sobre la política de deportes de la UE, que rechaza competiciones rupturistas, contrarias a los principios de la libre competencia y el mérito deportivo.

Ni legislativo, ni vinculante, el informe fue aprobado, el 23 de noviembre, por 597 votos a favor, 36 en contra y 55 abstenciones. Su autor es el europarlamentario polaco Tomasz Frankowski, jugador de fútbol hasta 2013 en clubes como Wisla Cracovia, Wolverhamton, Elche, Tenerife y Nagoya.

Sus afirmaciones sobre el peligro de la Superliga, como una idea que ataca el sistema actual sin ofrecer otras soluciones y que solo sirve a los intereses de las élites, refuerzan la postura de la UEFA y de todas las partes que han rechazado su creación, como la Asociación Europea de Clubes (ECA) y el colectivo de Ligas (EPFL) y que también mira con recelo el sindicato mundial de jugadores FIFPRO.

Aunque no llegó al primer plano con forma concreta hasta el 18 de abril, la idea de la Superliga europea empezó a estar presente mucho antes. A finales de 2020 el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ya pidió una reforma urgente del fútbol para adaptarlo a los nuevos tiempos y ser más competitivo.

En enero de este año la FIFA y sus confederaciones -UEFA, AFC, CAF, Concacaf, CONMEBOL y OFC- declararon que no reconocerían a una competición en Europa restringida a ciertos clubes.

Pese a esto, doce clubes europeos -Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Juventus, Milán, Inter, Liverpool, Manchester City, Chelsea, Arsenal, Manchester United y Tottenham- oficializaron su creación en abril para empezar a funcionar con 20 equipos- los fundadores, tres invitados y cinco que se clasificarían anualmente por rendimiento-.

El anuncio de posibles sanciones por parte de la UEFA horas después coincidió con la presentación de una denuncia en el juzgado de lo Mercantil número 17 de Madrid por parte de los clubes impulsores. En ella se pedían medidas cautelares ante posibles sanciones, que fueron concedidas.

La reclamación también pide que se declare que tanto la UEFA como la FIFA han abusado de su posición de dominio e impiden la libre competencia, en infracción del Tratado de Fundación de la Unión Europea, motivo por el que el juzgado elevó la cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la UE.

En aquellos días frenéticos los clubes ingleses vinculados al proyecto vieron como sus aficionados salían a la calle para protestar contra el mismo y sus quejas fueron el prólogo de la renuncia de los seis de la “Premier”, dos italianos, Milán e Inter, y un español, Atlético de Madrid.

Desde entonces hasta ahora el juzgado madrileño ha actuado para exigir a la UEFA que se abstenga de imponer sanciones, para admitir la personación de otras partes como LaLiga y ha cambiado de titular, después de la recusación de la UEFA del que inició el procedimiento.

Ahora, mientras aguarda noticias desde Luxemburgo para su resolución, el caso no deja de reaparecer puntualmente como lo hizo en las afirmaciones que Florentino Pérez hizo a los socios del Real Madrid en la última asamblea del club el 20 de noviembre. “Habrá que recordar a UEFA quién es el Real Madrid. La Superliga europea es libertad, un proyecto para que los clubes seamos dueños de nuestro destino”.

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