La decisión fue tomada, por unanimidad, por los 19 clubes de la Primera División del Campeonato Brasileño que participaron en una reunión virtual junto con los presidentes de las federaciones regionales con equipos en la categoría.
El Flamengo, último campeón de la Liga y la Copa Libertadores, fue el único equipo que no estuvo presente en el encuentro, pues defiende que el retorno de los aficionados es competencia de las autoridades públicas locales y no de los clubes ni de la CBF.
De hecho, el Gobierno de Río de Janeiro y la Alcaldía de su capital homónima, donde juegan Flamengo, Fluminense, Botafogo y Vasco da Gama, ya han autorizado el regreso de los hinchas a los estadios de la ciudad a partir de octubre.
La CBF volverá a reunirse dentro de 15 días para revaluar su decisión, por lo que el partido de las eliminatorias suramericanas para el Mundial de Catar 2022 entre Brasil y Bolivia, previsto para el 9 de octubre, se celebrará sin público, así como las jornadas de Liga comprendidas en ese periodo.
El dictamen de la entidad llega la misma semana en la que el Gobierno de Jair Bolsonaro aprobó un estudio de la propia CBF para la vuelta de los aficionados a los estadios del país, con un aforo limitado del 30 % de la capacidad.
Brasil es el segundo país del mundo con mayor número de muertes por COVID-19, con más de 140.000 fallecidos, solo superado por Estados Unidos, y el tercero con más casos confirmados de la enfermedad al sumar cerca de 4,7 millones, por detrás de EE.UU. y la India.
Varios equipos brasileños han sido severamente afectados por el nuevo coronavirus. El Flamengo vive un brote de casos en la primera plantilla del equipo que amenazó la disputa de su duelo de Copa Libertadores contra el Barcelona, en Guayaquil.
El Fluminense informó este sábado que cinco jugadores del primer equipo dieron positivo, Calegari, Luccas Claro, Miguel, Luiz Henrique y Marcos Paulo, así como otros cuatro del grupo Sub'23.
