“En algún momento teníamos que perder”, dijo, tras la derrota, el entrenador Hansi Flick.
El Bayern no perdía desde el 7 de diciembre de 2019, cuando cayó por 2-1 ante el Borussia Mönchengladbach. La temporada anterior la cerró con el triple tras ganar la Bundesliga, la Copa de Alemania y la Liga de Campeones y en esta ya había sumado su primer título con la Supercopa de Europa.
Sin embargo, ya antes de lo ocurrido en Hoffenheim, Flick había hecho algunas advertencias acerca de lo recargada que será la temporada actual y la corta plantilla que tiene a su disposición por lo que no ha ocultado su deseo de que se produzcan fichajes en los pocos días que quedan para que se cierre el mercado de invierno.
El Bayern ha perdido a Thiago Alcántara, traspasado al Liverpool, así como a Ivan Perisic, Philippe Coutinho y Álvaro Odriozola que regresaron al Inter, al Barcelona y al Real Madrid, respectivamente, de donde habían venido cedidos.
El único jugador de campo que ha llegado para reforzar al Bayern ha sido Leroy Sané, procedente del Manchester City. Además ha llegado un nuevo portero, Alexander Nübel, que deberá disputarse con Sven Ullreich un puesto en el banquillo como suplente de Manuel Neuer.
En el partido contra el Hoffenheim Flick pareció querer subrayar de entrada la necesidad que tiene de refuerzos al dejar en el banquillo a Robert Lewandowski y a Leon Goretzka, para darles un descanso de cara al duelo contra el Dortmund y tras los 120 minutos disputados contra el Sevilla.
Goretzka tiene en Corentin Tolisso un suplente que aspira a ser titular pero el suplente de Lewandowski es Jonathan Zirkzee, un joven que no ha cumplido los veinte años y que, aunque ha cumplido la mayor parte de las veces que se ha recurrido a él, todavía tiene mucho camino por recorrer.
Ante el Hoffenheim se vio que hay jugadores que, tras las breves vacaciones después de la final de la Liga de Campeones, han empezado a acusar el exceso de partidos. Ante el Hoffenheim, en algunos omentos, quedó claro porque Flick optó ante el Sevilla por Lucas Hernández y no por Alphonso Davies que parece necesitar un respiro.
Niklas Süle estuvo un año prácticamente sin jugar debido a una rotura de ligamentos cruzados y, aunque ha regresado bien, Flick insiste en que no hay que recargarlo excesivamente. Algo similar se puede decir de Sané, que suele ser sustituido pasados los 70 minutos.
En los medios cercanos al Bayern, como el “Süddeutsche Zeitung” de Múnich o la revista “Sport Bild”, se dice que la derrota ante el Hoffenheim pudo haber llegado en buen momento.
Por una parte, le da argumentos a Flick, frente a la resistencia de parte de la cúpula, en lo referente a la necesidad de realizar fichajes.
Por otro lado, el que la nube de euforia se haya desinflado tiene su aspecto positivo para trabajar por el grupo y, como lo señala el “Süddeutsche” en un comentario de hoy, para recordar que las rachas de victorias no llegan de manera automática.
La relevancia de la derrota en lo referente a la lucha por la Bundesliga es relativa, no solo porque la temporada apenas comienza sino, además, porque los otros resultados le ayudaron un poco al Bayern. El Dortmund también perdió, por 2-0 ante el Augsburgo, y el RB Leipzig y el Borussia Mönchengladbach empataron sus partidos.
En lo anímico, el quinto título del año, la Supercopa alemana, podría servir de bálsamo aunque la victoria ante el Dortmund no puede darse por descontada.
Las temporadas tras ganar el máximo título europeo, con excepción de 2013/2014, han sido en todo caso siempre difíciles para el Bayern.
Tras ganar la Copa de Europa en 1974 quedó décimo en la Bundesliga en la siguiente campaña, aunque retuvo el título continental y lo repitió una vez más en 1975/1976.
En 2002, tras el triunfo en la Liga de Campeones en 2001, el Bayern también se quedó sin la Bundesliga.