Un triunfo que premió la apuesta del técnico español, que tras el descenso de categoría se debatió entre hacer caso a su corazón y continuar al frente de las “urracas” en Segunda División o hacer caso a su cabeza y buscar un destino más acorde a su extenso y brillante palmarés.
“Mi corazón me dice que me quede, pero mi cabeza me dice que tengo que pensarlo”, aseguró Benítez tras consumarse el descenso de categoría.
Un dilema que Benítez, pese a su fama de frío y analítico, resolvió atendiendo a los dictados de su corazón, agradecido por el extraordinario trato recibido por parte de un club y una afición, convencida de que el español, pese a no poder evitar el descenso, era el hombre idóneo para devolver al Newcastle a la Primera División.
Para ello, Rafa Benítez, que ignoró la cláusula que le permitía romper su contrato en caso de descenso y firmó un nuevo acuerdo por tres años más, remodeló por completo el equipo en verano con la llegada de once nuevos jugadores y la salida del club de otros tantos.
Una auténtica revolución que tardó en dar sus frutos, como demostraron las dos derrotas consecutivas ante el Fulham y Huddersfield con las que el Newcastle arrancó su andadura en la “championship”.
Pero, ni Benítez, ni sus jugadores perdieron la esperanza y tras encadenar ocho victorias consecutivas, las “urracas” se instalaron en la primera plaza de una clasificación que el Newcastle ha comandado en veinticuatro de las cuarenta y cuatro jornadas disputadas.
Sin embargo, el bajón sufrido por las de Benítez, lastrados por las constantes lesiones de su goleador Dwight Gayle, en las tres últimas jornadas, en las que Newcastle tan sólo ha podido sumar un punto, hicieron perder finalmente la cabeza de la clasificación a las “urracas”
Aunque no el ascenso, que el Newcastle selló este lunes, tras imponerse por 4-1 al Preston North End, en un encuentro que permitió al delantero español Ayoze Pérez hacerse un hueco en la larga historia de las “urracas”, tras abrir y cerrar el marcados para los locales.
Ayoze, que se había quedado fuera del once inicial en las dos últimas jornadas, llevó al delirio a las gradas de St. James’ Park tras remachar a las redes a los 7 minutos un saque de esquina cabeceado en primera instancia por el central Jamaal Lascelles.
Sin embargo, el Preston no estaba a ser un mero invitado en la fiesta del ascenso, y siete minutos más tarde, en el 14, llevaba la intranquilidad a la afición local, tras empatar el choque (1-1) con un gol de Hugill al contragolpe.
Un tanto que no amedrentó a los locales, que siguieron buscando una y otra vez el área rival, hasta encontrar premio en un robo de balón de Isaac Hayden, que permitió al Newcastle volver a ponerse de nuevo en ventaja en el tanteador con un gol (2-1) del ghanés Christian Atsu en el último minuto del primer tiempo.
Resultado que el los locales ampliaron en la segunda mitad, gracias a los goles de penalti (m.65) del escocés Matt Ritchie, tras unas clamorosas manos de Paul Gallagher, que acabó expulsado, y del español Ayoze, que estableció en el 67 el definitivo 4-1, tras rematar con el pecho un balón repelido por el poste tras un saque de esquina.
Un triunfo que permitió al Newcastle y a Rafa Benítez regresar menos de un año después a la Premier League, un ascenso que premió la decisión del técnico español de dejarse guiar por los dictados de su corazón.EFE