La decisión de la FIFA y la UEFA de suspender a todas las selecciones nacionales de Rusia y clubes de este país para participar en competiciones de ambas federaciones, lo que conlleva su exclusión del Mundial de Qatar 2022, es ejemplar, pero no inédita en el campo deportivo.
El precedente de una sanción parecida se produjo el 1 de octubre de 1992, cuando la FIFA anunció la expulsión de Yugoslavia de la fase de clasificación para el Mundial de EEUU 1994 como consecuencia de las sanciones contra Serbia y Montenegro que impuso la ONU por el conflicto de los Balcanes y que ya antes le había dejado fuera de la Eurocopa 92, en la que Dinamarca, que ocupó su plaza, se proclamó campeona.
El levantamiento de las sanciones se decretó a comienzos de octubre de 1994 y su imposición se enmarcó en un draconiano embargo, que sigue en vigor, para castigar a Belgrado por su apoyo a la guerra de los serbobosnios contra la mayoría musulmana-croata.
También estuvo apartado del fútbol mundial Irak desde diciembre de 1990 a consecuencia de la invasión de Kuwait, y que se le permitió su regreso en agosto de 1993.
Este país volvió a ser suspendido por el COI desde mayo de 2003 y hasta febrero de 2004. Afectó sobre todo al fútbol, después de que su comité olímpico nacional, presidido por Odai Saddam, hijo del entonces presidente Sadan Husein, fuera investigado por este organismo internacional.
En abril de 1999 la Unión Europea propuso a las federaciones deportivas que sancionaran a los equipos nacionales yugoslavos y que no pudieran participar en campeonatos, como castigo a Yugoslavia por el conflicto de Kosovo.
Otros casos atípicos de suspensión del máximo órgano rector del fútbol mundial fue Albania, que en septiembre de 1990 fue sancionada para participar en dos ediciones de la Eurocopa de naciones, en categoría juvenil, por negarse a jugar un encuentro contra Israel, valedero para la clasificación de la Eurocopa de 1992.
Al margen de estas actuaciones, es habitual que la FIFA decida suspender a algunos países por la intromisión de sus gobiernos en su funcionamiento interno nacional. Los últimos ejemplos han sido Kenia y Zimbabue el pasado día 26 de febrero.
En este mismo sentido, pero en el ámbito del tenis, la Federación Internacional de Tenis suspendió a Sudáfrica en septiembre de 1989 y por un año a causa de su política de segregación racial.