Óscar Giménez, que estará cuatro meses inactivo por una lesión, afirmó ayer martes que soñaba jugar el primer superclásico con la camiseta franjeada, truncado el sábado pasado en Ciudad del Este por un esguince de tobillo, rodilla y fractura de peroné.
“Recuerdo que cuando iba a venir era el partido que más quería jugar, pero por algo pasan las cosas”, señaló en Fútbol a lo Grande. “Era un sueño jugar el clásico desde que empezó a sonar lo del Olimpia, tenía ganas de estar ahí. Vamos a ver si se cumple ese sueño más adelante”, agregó.
Chiquito se mostró apenado por esta situación que corta su momento más feliz. “Estoy muy triste porque estaba viviendo algo muy lindo, el mejor momento de mi vida prácticamente, y que llegue una lesión así, increíble, no entiendo cómo se me trabó el pie y se fue todo el peso encima”, explicó.
RESPALDO. El ex General Díaz agradeció el respaldo de sus compañeros, directivos y de la hinchada franjeada. “Sentí mucho el apoyo de mucha gente, me llamaron, me escribieron de todos lados. Uno necesita de eso y ahora solo depende de mí para ponerme a punto”, refirió.
Giménez, que ya había experimentado lesiones importantes de su carrera, aseguró que hoy se encuentra con más fortalezas. “Como dije, aquella vez que me había lesionado era chico, tuve el respaldo de Nacional en lo que fue la operación y la recuperación, pero en esa época me sentí solo”, asumió.
“Hoy en día es distinto. Agradecerle al club Olimpia, porque desde que pasó se prestaron todos, los masajistas, el cuerpo técnico, todos estaban pendientes de mí, el apoyo que sentí es increíble. Hoy en día no me siento solo”, sentenció.