Pocas palabras, muchas sensaciones. El joven Alejandro Silva, que llegó en silencio a este Olimpia, desde Uruguay, no termina de creer que disputará la final del torneo más importante de clubes de América. Ale Silva y los demás jugadores del Decano llevaron al club y su hinchada a la séptima final de su historia, buscando levantar la Copa Libertadores por cuarta vez.
Tiembla América: Olimpia y su grandeza, en la final
Silva, tras el pitazo final, no sabía cómo expresarse ni qué palabras decir. Es comprensible. Pues si un hincha se sintió así, cómo el jugador que consiguió ese logro no iba a estarlo, y a tan corta edad.
“Es histórico, muy fuerte”, gritaba el uruguayo; “es una locura esto”, agregaba demasiado emocionado, tocado por la alegría que salía desde lo más profundo de su interior.
Agregó que “se dejó todo en la cancha” para terminar clasificando y valoró “al grupo, por la humildad que tenemos”.
“Todos sueñan con jugar una final de Copa Libertadores, y de a poquito fuimos ganando y ahora estamos acá", valoró el lateral, figura del primer compromiso de las semifinales, en aquel partido del martes pasado, que se disputó en Asunción y que terminó dando la clasificación al Rey de Copas.