El equipo dirigido por el técnico español firmó un partido gris que superó con suerte después de 90 minutos en los que casi siempre fue dominado por su rival. El Saint-Étienne, que acaparó casi todas las oportunidades del choque, estuvo a un paso de infligir al París Saint-Germain su tercera derrota del curso.
Emery no pudo contar con el sancionado Thiago Motta ni con los lesionados Marco Verratti y Dani Alves. Además, sentó en el banquillo al delantero uruguayo Edinson Cavani, que salió al campo en el último tramo del duelo para dar más ideas a su equipo en la zona de ataque.
Pero, hasta entonces, el Saint-Étienne dominó el choque. Sobre todo la primera parte, en la que se adelantó en el marcador por medio de Rémy Cabella, que aprovechó un rechace en el punto de penalti después de un centro desde la banda derecha de su compañero Mathieu Debuchy.
Después, el mismo Cabella falló un penalti y en el minuto 41 fue expulsado por doble amonestación el jugador del París Saint-Germain Presnel Kimpembe, que pisó el tobillo izquierdo de Romain Hamouna en una acción muy fea.
En todo el primer acto, el equipo de Emery no disparó ni un tiro a puerta. Su portero, Alphonse Areola, mantuvo con vida al París Saint-Germain después de parar un penalti y hacer varias intervenciones de mérito a disparos de Hamouma y Cabella.
Después, siguió con su buena actuación y antes de que sus compañeros reaccionaran, ya en el minuto 76, evitó el segundo del Saint-Étienne con otra buena parada, en esta ocasión a Oussama Tannane.
Entonces apareció Cavani, que sustituyo al argentino Javier Pastore a falta de veinte minutos, y el París Saint-Germain por fin encontró la portería con una ocasión del uruguayo y un disparo de Kylian Mbappé.
Al final, el gol en propia meta de Debuchy evitó la victoria del Saint Ètienne, que se queda a tres puntos de Europa.
El equipo de Emery, sigue líder con 17 puntos de ventaja sobre el Mónaco. EFE
