El Club Racing de Avellaneda publicó este miércoles una extensa pero emotiva carta en su perfil de Facebook, bajo el titulo “Te vamos a extrañar, Asunción”, a la que definió como “la patria que hizo propia la alegría de la multitud que colmó sus calles”.
En el texto, sin ningún desperdicio, fue incorporando los grandes momentos protagonizados por la marea celeste y blanca durante su estadía en la capital paraguaya, que tuvo a La Nueva Olla como el centro de la fiesta en donde el equipo del conocido Gustavo Costas tocó la gloria.
“Gustavo Costas es profeta ahí también. Lo adoran. La pretemporada de mitad de año fue el puntapié del destino. Por eso los empleados del predio se acercan al hotel a saludar y a tomar mate con los jugadores desde el miércoles. Se suman a la familia. Se llaman por sus nombres. Se sienten parte de la ilusión”, resaltó en una parte del escrito para destacar la figura de su actual entrenador, hincha ferviente de la Academia, que tiene como esposa a una mujer paraguaya y que pasó momentos irrepetibles en Barrio Obrero como orientador del Ciclón.
Tampoco olvidó el calor agobiante de la previa, que sirvió para que los paraguayos muestren su cara más amable a los visitantes abriendo de par en par las puertas de las casas.
Carlos Sosa había asegurado en su canción “Bienvenido, hermano extranjero”, que este “pueblo está lleno de cordialidad”, décadas atrás, esas líneas fueron ratificadas por la entidad de Avellaneda de la siguiente manera para responder a la pregunta del autor dejando en claro que no existe otra igual que Asunción: “No es un tema de compasión: la amabilidad no es mercancía”. A continuación el texto completo:
𝗧𝗲 𝘃𝗮𝗺𝗼𝘀 𝗮 𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮𝗻̃𝗮𝗿, 𝗔𝘀𝘂𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻
La pantalla está a metros de la esquina de Senador Long y Teniente Vera. El escudo de Racing brilla en el centro. El mensaje: “Por siempre tu casa. Felicidades”. Asunción es así: una patria que hizo propia la alegría de la multitud que colmó sus calles. Amanece el domingo y el sol va saliendo detrás de la costanera.
-Merecido, campeones.
-Gracias a ustedes por recibirnos.
Desde un balcón, desde la puerta de una casa, desde alguna esquina, desde cualquier local de cualquier shopping. “Tendría que haber en nuestro lenguaje palabras que tengan voz”, escribió el paraguayo Augusto Roa Bastos. Nicolás y Sara se enamoran al primer cruce de miradas. Él viajó desde Buenos Aires; ella caminaba como siempre cerca del Palacio de López. Quizás, algún día tengan un hijo y le pongan Roger. El flechazo de un club con un país.
Gustavo Costas es profeta ahí también. Lo adoran. La pretemporada de mitad de año fue el puntapié del destino. Por eso los empleados del predio se acercan al hotel a saludar y a tomar mate con los jugadores desde el miércoles. Se suman a la familia. Se llaman por sus nombres. Se sienten parte de la ilusión. Se vuelven Racing y el mundo se ensancha.
El calor domina la previa. Es agobiante. Los vecinos abren sus casas y prestan sus mangueras, sus baños, sus hielos, sus ventiladores. Una chica precisa comida para celíacos. Dos señoras la escuchan, le cocinan, no le cobran y le sonríen. No es un tema de compasión: la amabilidad no es mercancía. Eduardo recibe a cinco hinchas en su casa. Los lleva, los trae, va a la cancha con ellos. Y les manda un video al día siguiente: “¿Qué me hicieron que no puedo parar de escuchar al Pepo?”. Después, la vida es fiesta: los nenes saludan desde los balcones y los grandes le piden fotos a cualquiera para inmortalizar la visita.
Juan está por cruzar la frontera para volver. No es el mismo que a la ida. Regresa con el sueño cumplido. Antes, levanta su mano derecha, se besa la palma y sopla hacia la tierra colorada que se empieza a alejar. Cinco palabras que de repente tienen voz: “Te voy a extrañar, Asunción”.
Las autoridades migratorias reportaron que entre el martes y el sábado Paraguay recibió a 40.863 visitantes: 33.506 argentinos, 6.708 brasileños y 649 de otras nacionalidades con motivo de la final de la Sudamericana que se jugó el sábado en el estadio General Pablo Rojas ‘La Nueva Olla’ de Asunción.
Racing se impuso a Cruzeiro con goles del uruguayo Gastón Martirena, el argentino Adrián Martínez y el colombiano Roger Martínez y logró un nuevo título internacional que le era esquivo desde hace 36 años.