09 dic. 2025

Jorge Britez, de la albañilería a cumplir todos sus sueños en el fútbol

Jorge Britez decidió colgar los botines después de una carrera cimentada a base de sacrificio: de la albañilería a cumplir todos sus sueños en el fútbol.

Jorge Britez puso fin a una dilatada carrera deportiva a los 40 años de edad. El Mono se retiró con la camiseta del modesto Benjamín Aceval, de la tercera categoría del fútbol paraguayo, después de 22 años de su debut en Presidente Hayes en su último año en primera división (1999).

“Ya no pensaba jugar este año. Creo ya debemos cerrar esta tapa y experimentar otras cosas, siempre detrás del fútbol”, señaló días pasados al tiempo de hacer pública su decisión de colgar los botines.

Jorge Britez en un partido con Benjamín Aceval.

Jorge Britez en un partido con Benjamín Aceval.

Foto: Gentileza

Fueron tantos años de carrera como países en donde llevó su marca, el corte y sus tapones. Por citar algunos, Real Valladolid (España), Maccabi Haifa (Israel), Moreirense (Portugal), Panserraikos FC (Grecia) y Deportivo Pereira (Colombia), entre otros.

También defendió a clubes populares y prestigiosos, los dos de nuestro país, Olimpia y Cerro Porteño, Nacional de Montevideo y el Sporting de Lisboa (Portugal). Y por supuesto, a la Selección Paraguaya con la que jugó dos mundiales juveniles y una Copa América con la absoluta (Perú 2004).

En Paraguay también se puso la camiseta de Tacuary, Rubio Ñu, Sportivo Luqueño, Guaraní y Libertad. De la élite también bajó al barro para defender a Carapeguá, Fernando de la Mora y hasta a Athletic, un club regional de Encarnación.

Por todas las vivencias, el retiro es difícil de ingerir de buenas a primeras. “Cuesta muchísimo, no pensé que iba a doler. Muchas emociones por recordar cómo empezaste, todo lo que pasaste para cumplir tus sueños de niño”, señaló en charla con la Unión 800 AM.

“Cuesta tomar esa decisión, pero ya uno siente en el cuerpo y sé también que cambió el tema futbolístico, es mucho más físico. Hay que aceptar, es mejor dejar al fútbol, antes de que el fútbol le deje a uno”, agregó.

TÍTULOS Y AGRADECIMIENTOS. Mono gritó campeón con Nacional, Libertad y con Cerro Porteño. Pero en Barrio Obrero encontró su lugar, fue referente, capitán y decisivo para el título del 2009, con gol incluido en el partido clave contra el 12 de Octubre de Itauguá.

Embed

“Me siento contento por todo el recorrido que tuve, cumplí todas las metas y los sueños que tuve. Realmente soy un bendecido por Dios, por todo lo que me dio”, manifestó en el momento del balance final.

En los agradecimientos, Britez citó de manera especial a su mamá y al abuelo, a quien juró que iba a ser futbolista profesional en una tarde de trabajo en la albañilería. “A mi madre también, que durante estuvo con vida me dio todo su apoyo, solo ella estuvo prácticamente en mi vida”, dijo.

“A mi abuelo, que cuando trabajaba de albañil me animé a decirle una tarde que quería jugar al fútbol, y fue él quien me llevó a la escuela de fútbol, me inscribió y me compró el primer botín. Me dijo ‘que tenía que ser un gran jugador’, le hice una promesa y creo que cumplí a cabalidad”, finalizó.

Más contenido de esta sección
Durante los Premios de Primera, la Asociación Paraguaya de Fútbol realizó el sorteo de los torneos ligueros. Cerro Porteño, campeón del Clausura 2025 arrancará ante Libertad.
Cerro Porteño se llevó varias distinciones en los Premios de Primera, organizado por la Asociación Paraguaya de Fútbol.
La Supercopa Paraguay se define este sábado en el Defensores del Chaco. Hoy se dieron a conocer los precios de las boletas.
Hoy, desde las 19:30, en el Pabellón Social del Cardif, ubicado en el Parque Olímpico del COP, se premiará a los mejores del 2025, con la entrega de los Premios de Primera, en una noche en la que estarán presentes los grandes protagonistas de otro año futbolístico, aquellos que brillaron en el campo de juego.
El 2 de Mayo de Pedro Juan Caballero ya tiene al reemplazante de Felipe Giménez.
La dimensión de espectáculo es inherente al fútbol. No solo por la naturaleza del juego mismo –una contienda de la violencia regulada que algunos han identificado como el “teatro” o la “danza” de los pobres–, sino en sus manifestaciones más atávicas y folclóricas dentro y fuera de la cancha, en la conjunción de ese dentro y ese afuera que es lo que tanto nos gusta de este deporte.