16 abr. 2024

El Atlético de Madrid de Simeone, frente a su mayor crisis

El Atlético de Madrid de Diego Simeone, eliminado de la Copa del Rey, profundizó su crisis deportiva: más perdedor y vulnerable en su refugio defensivo.

Diego Simeone

El técnico argentino del Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone, durante el encuentro correspondiente a los octavos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad.

Foto: EFE

Suele decir Diego Simeone, el entrenador del Atlético de Madrid desde hace una década, que cada temporada hay algún tramo de dificultad, como pasó su equipo casi en cada curso, incluso la pasada campaña cuando se proclamó campeón, pero nunca en toda su era en el banquillo rojiblanco había sido ni tan largo ni tan visible ni tan evidente ni tan extensible a cada línea del terreno de juego ni, mucho menos aún, había sido tan irresoluble para él como el actual tramo, en peligro incluso la Champions League.

Eliminado este miércoles de la Copa del Rey por la Real Sociedad, en una especie de ‘día de la marmota’ que se repite una y otra vez en cada partido en los últimos meses, con errores tan espeluznantes para un equipo que antes presumía de fiabilidad, y malparado de la Supercopa de España hace una semana, doblegado por el Athletic Club, el Atlético está herido, encomendado a cumplir su cometido ineludible en la Liga, al menos ser cuarto, y esperanzado en que, dentro de un mes, todo sea diferente en octavos de la ‘Champions’.

“Es un problema de fútbol. De la vida. Todos los años no son iguales. La temporada pasada fue magnífica, hace seis meses, y esta temporada está siendo hasta hoy muy difícil. Las posibilidades y la oportunidad están, porque tenemos la Liga y la Champions. Y está claro que quieto no me voy a quedar, seguro”, enfatizó después del 2-0 contra la Real Sociedad, la sexta derrota en los últimos diez encuentros. Y la décima de toda la campaña. En 29 duelos.

Ha perdido un 34 por ciento de sus partidos de este curso entre todas las competiciones, cuando en las diez campañas anteriores, incluida la mitad que dirigió a su llegada hace una década en 2011-12, los encuentros perdidos habían representado sólo un 19 por ciento como mucho en el global de sus duelos en una temporada. Fue en 2012-13 y 2014-15, como resultado de las once derrotas en 56 choques oficiales en ambas.

MÁS PERDEDOR, MENOS GANADOR

Mientras el debate resurge alrededor del momento del equipo, sobre su plantilla, su dirección y sus planteamientos, también es el Atlético menos ganador. Son nada más 12 victorias en 29 partidos entre la Liga, la Liga de Campeones, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Es decir, el equipo sólo ha ganado un 41 por ciento de sus encuentros. Sólo en una campaña bajó del 50 por ciento, en 2019-20, con un 48: 31 victorias en 56 choques.

En el resto fue superior. Muy lejos se sitúa el año más vencedor de Simeone, en 2013-14, cuando se impuso en el 68 por ciento de sus compromisos. También 2015-16, con un 64 por ciento (37 triunfos de 57 choques) o el pasado ejercicio, cuando, con los contrastes de su recorrido de campeón en la Liga y sus naufragios en la Liga de Campeones y la Copa del Rey, ganó el 60 por ciento de sus duelos: 29 de 48. No hay ninguna campaña peor que ahora.

Tampoco hay comparación en goles en contra. Nunca en un curso liderado por Simeone, el Atlético fue tan dañado en su defensa. Jamás promedió más de un gol por partido, como ahora, con un 1,24, que es el resultado de los 36 tantos encajados en sus 29 choques, todos ellos con Jan Oblak en la portería, porque ni siquiera este curso ha habido rotación en la Copa del Rey. Aún sigue inédito Benjamin Lecomte, cedido este verano desde el Mónaco.

Es una cifra desconocida para el equipo de Simeone, que amontona errores defensivos en este ejercicio. Dos los cometió este miércoles en la Copa del Rey en San Sebastián. Y perdió. Uno en un centro lateral, que provocan un desasosiego constante en el cuerpo técnico, y otro en un fallo tremendo de Felipe Monteiro con el balón.

Ni siquiera en la peor referencia en ese sentido hasta ahora, en 2018-19, con un 0,86 de tantos por encuentro, hay comparación posible. La mejor es el 0,54 de 2015-16.

Pero los últimos años desvelan una tendencia. Las cuatro últimas campañas, incluida la actual, representan cuatro de las cinco con más goles en contra de toda la era del técnico al frente del Atlético, que también circula entre sus números más bajos de tantos a favor, con una media de 1,58 (46 goles en 29 encuentros), sólo empeorada por 2019-20 (1,36) y 2015-16 (1,56), aunque en este último caso no hay ninguna similitud, porque sus registros defensivos eran sensacionales.

¿EL REFUGIO DEFENSIVO?

De los últimos 15 encuentros oficiales, Jan Oblak sólo acabó imbatido en tres de ellos. De los 22 más recientes, sólo en cinco. Los centros laterales y las acciones a balón parado están desangrando al Atlético. “El fútbol es contundencia. Y a más contundencia puedas tener en las dos áreas y menos errores cometas siempre estás más cerca de ganar. Ojalá podamos volver a encontrarnos con ese cero en nuestro arco que muchos años nos han criticado y cada día tiene más peso. A partir de esa estabilidad defensiva, todo lo otro siempre es bueno”, rebobina Simeone dentro del presente crítico que sufre el equipo.

¿Una declaración de intenciones? En el pasado, el técnico argentino se refugió casi siempre en su defensa para aplacar los momentos de dificultad. Retrocedió al origen de su idea, desde el primer día que tomó el mando del Atlético, para rearmar a su conjunto frente a alguna secuencia de derrotas. Es indispensable recomponer a su equipo en ese sentido, tan dañado como está en su retaguardia, pero tal y como es el panorama, por más que ha insistido en los entrenamientos, no parece una garantía como lo fue en el pasado. Ante el Valencia recuperará a Stefan Savic y José María Giménez, sus centrales de más confianza, tras diez partidos sin alguno de los dos.

En 2019-20, en cambio, reconstruyó el nivel, el valor y la autoestima de su equipo con una presión alta, con una apuesta por el fútbol en campo contrario que tan bien le sentó al conjunto rojiblanco entonces y en el pasado curso. Son dos caminos divergentes en apariencia, pero complementarios en el desarrollo funcional del equipo, que, con el chivato defensivo encendido, tampoco tiene equilibrio. Tampoco es eficaz ni rotundo en ataque.

LaLiga exige regularidad. El Atlético no la tiene. No ha ganado más de dos jornadas seguidas en todo el recorrido de 20 paradas en este campeonato. Ni siquiera venció la mitad de sus encuentros, apenas nueve, como en 2019-20, justo la temporada que más temió por alcanzar la Liga de Campeones en toda esta era. Es un asunto ineludible para el equipo. Hace un año había vencido 16 partidos a estas alturas del torneo.

Tal objetivo, tan crucial para el funcionamiento del club, requiere una reacción inmediata. Ya asoma el próximo sábado el Valencia en el Wanda Metropolitano. Y en dos semanas y media, la visita al Camp Nou. En un mes, surgen los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Manchester United, con la ida el próximo 23 de febrero en Madrid.

“Estamos en una etapa donde la dinámica no está siendo buena. La dinámica está para cambiarse y pensar en positivo. Soy optimista. Y creo en mis jugadores. Y buscaremos de todas las maneras cual conocemos para enderezar esta situación”, proclama Simeone, en su momento más difícil en el Atlético de Madrid.

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