Goleador temible, capitán con carácter y símbolo de fidelidad, Don Aurelio fue considerado por muchos como el segundo mejor futbolista paraguayo de todos los tiempos, solo detrás de Arsenio Erico. Marcó más de 200 goles en su carrera, todos vistiendo los colores del Decano.
Pero su grandeza no se limitó al campo de juego. En la cúspide de su carrera, cuando San Lorenzo y Racing Club de Avellaneda pujaban por su contratación, González tomó una decisión que lo inmortalizó: rechazó las ofertas del fútbol argentino para permanecer en el Olimpia y además sumarse al frente de batalla durante la Guerra del Chaco, defendiendo a su país con valentía.
A 28 años de su partida, su legado sigue tan vigente como su ejemplo de lealtad, coraje y amor por la camiseta.
Por Victor Hugo Bogarin