Las autoridades identificaron a tres de los detenidos como Artur Mahmoud, quien trabaja en el área de prensa del Fluminense; Alesson Galbão, presidente de una “hinchada organizada” del Flamengo, y Leandro Schilling, empleado de la empresa Imply, que imprime y distribuye las entradas para el fútbol de Río de Janeiro.
Igualmente fueron arrestados Filipe Ferreira, gerente de estadios del Fluminense; Cláudio Tavares, empleado del Flamengo; y Monique Patricio dos Santos y Vinicius Carvalho, trabajadores también de Imply.
Según la comisaria Daniela Terra, una de las responsables de la investigación, se sospecha que los tres detenidos formaban parte de una red que “cedía las entradas a los dirigentes de las hinchadas y muchas veces estos las entregaban a cambistas”, que las revendían a precios muy superiores a los establecidos.
El caso se investiga desde hace más de un mes y, además de las hinchadas del Fluminense y el Flamengo, están en la mira de las autoridades policiales los clubes Vasco da Gama y Botafogo, los otros dos “grandes” del fútbol de Río de Janeiro.
De hecho, la Policía aún busca a Edmilson José da Silva, miembro del cuerpo de seguridad del Vasco. El Fluminense dijo en un comunicado que “confía en la corrección” de sus trabajadores detenidos y consideró que la prisión de ambos es “innecesaria y arbitraria”, aunque reafirmó su compromiso de continuar colaborando con las autoridades.
Por su parte, el Flamengo, inmerso en la preparación de la final de la Copa Sudamericana que disputará este miércoles en el Maracaná frente al Independiente argentino, no se ha manifestado aún de manera oficial. EFE
