En una entrevista con la Agencia EFE que tuvo lugar en Kuwait durante la inauguración este miércoles de la ‘Rafa Nadal Academy’ en ese país de Oriente Medio -la primera fuera de España-, el astro mallorquín comenta lo acontecido en el último Grand Slam, el Abierto de Australia. Pero también diversos aspectos personales en lo que a su estatus de modelo a seguir se refiere, entre ellos lo que él denomina su “derecho a opinar, como cualquier otro ciudadano”.
Pregunta: Su figura trasciende no sólo al tenis; trasciende al deporte. Es un ídolo, un modelo a seguir. Imagino que para usted esto será un motivo de orgullo, pero ¿no le gustaría tener más tiempo para la intimidad y que, a veces, no lo conocieran? ¿Cómo se asume todo esto?
Respuesta: Bueno, casi desde muy jovencito llevo conviviendo con todas estas cosas. Y no creo que esté en condiciones de poder decir que me gustaría o no otra cosa. Soy un súper-afortunado de la vida por todas las cosas que me pasan y que me han pasado. Y tengo la suerte de tener gente alrededor que me ayuda y que me ha ayudado a lo largo de este camino. Empezando por la familia y siguiendo por todo mi equipo.
Soy consciente de que lo que me toca vivir, o lo que he tenido la suerte de vivir todos estos años, no es eterno. Y que el momento de volver a vivir una vida ‘normal’ cada vez está más cerca; como es lógico, por el hecho de la edad y porque la vida deportiva de una persona tiene su principio y su final.
Aunque estoy feliz y con ilusión de seguir, soy consciente de que tengo 33 años y medio; y no es lo mismo que cuando tienes 21 o 22 y sabes que tienes toda la vida deportiva por delante. Quede lo que quede, intentaremos disfrutar al máximo de ello. E intentaremos alargar lo máximo posible estos momentos inolvidables y estas experiencias que gracias al tenis hemos podido disfrutar.
P: A principios de siglo, cuando la Fórmula Uno se disputaba aún en Indianápolis, por ejemplo, (el alemán) Michael Schumacher decía que estaba encantado de competir en Estados Unidos porque podía ir a cenar a un restaurante y no lo conocía nadie. ¿Hay algún sitio en el mundo en el que no le conozcan a usted?
R: El tenis es un deporte muy global. Puede que haya lugares en los que sea más conocido que en otros, pero a todos los lugares a los que voy siempre hay gente que te conoce.
También te hace ilusión. Igual estás perdido en una isla de Bahamas y que te reconozcan es algo que te hace gracia, más que otra cosa (ríe). La verdad, como todo en la vida, es que hay veces que a lo mejor estás cansado; y te gustaría ser una persona anónima, en algún momento dado. Pero inmediatamente, al menos a mí, cuando me viene a la mente ese pensamiento; intento pensar que sería muy injusto plantearme todo eso, con todas las cosas buenas que tengo.
P: Con todo el derecho del mundo a hacerlo, el hecho de ser tan conocido ¿le obliga a tener que callarse algunas cosas, a veces?
R: Evidentemente, sí. Pero hay veces que, por ser un deportista conocido, hay gente que no le gusta que opines de otras cosas, fuera del ámbito deportivo.
Yo tengo una teoría: uno es deportista; y otro es, por ejemplo, informático; u otra cosa. Pero por ser deportista y conocido, no creo que se pierda el derecho, como ciudadano español, o como ciudadano del mundo, a opinar de según qué tipo de conflictos. Sociales o de cualquier otro ámbito.
Cuando eres un deportista y opinas, a lo mejor, de política, cosa que yo no he hecho, no es mi caso, no porque no me interese, sino porque -por lo que tú me preguntas- no creo que sea en ningún caso conveniente; hay gente que quizás no comulgue con tus opiniones y diga ‘este deportista, ¿qué sabrá de esto?’. Pues no sé ni más, ni menos que cualquier otra persona que pueda estar interesada en lo que ocurre en nuestro país, o en el mundo en general; y que no se dedique exclusivamente a la política.
P: Según lo visto en Australia, la ‘Next Gen’ sigue llamando con fuerza, pero el ‘Big 3' (los tres grandes: el suizo Roger Federer, el serbio Novak Djokovic y él) se resiste. ¿Usted se identifica con la idea del ‘Big 3' o le da igual, al ser un deporte individual? ¿O hubiese preferido una victoria en Australia de (el austriaco Dominik) Thiem, para mantener el número uno mundial?
R: Evidentemente, sí (hubiese preferido la victoria de Thiem). Uno no tiene que ser hipócrita, ¿no?. A mí personalmente me hubiera venido mejor que ganara Thiem. Pero, para ser sincero, he dormido exactamente igual de bien los dos últimos días: en ese aspecto da igual si hubiera ganado Dominik o si ha ganado Novak (Djokovic). Es parte de nuestro deporte. A Novak este torneo se le da especialmente bien. Y ahora mismo es, a día de hoy, el mejor jugador del mundo. Así lo dicen los números. Y lo único que se puede hacer es felicitarle por otro gran éxito.
Obviamente, la ‘Next Gen’ hay muchos jugadores buenos, jóvenes; y en semifinales ha habido uno, que es (el alemán Alexander) Zverev, porque a Thiem ya no se le puede considerar ‘Next Gen’.
P: ¿Ya no? ¿No lo asumen ahí?
R: Bueno, es que ya tiene 26 años (ríe). No tiene 20, ni 21. y evidentemente, hay muchos jugadores buenos que están a un nivel alto y que van a tener sus posibilidades en los próximos meses.