Además, también triunfó en el baloncesto europeo al conseguir la Euroliga con el Kinder de Bolonia.
Tras formar un trío histórico con el base francés Tony Parker, que dejó este verano a los Spurs para fichar con los Hornets de Charlotte, y el expívot Tim Duncan, dirigidos por el entrenador Gregg Popovich, Ginóbili se convirtió el símbolo del triunfo del equipo de San Antonio al que elevaron a la categoría de dinastía.
“Con una gran mezcla de emociones les cuento que decidí retirarme del básquet. ENORME GRATITUD para mi familia, amigos, compañeros, DTs, staff, aficionados y todos los que fueron parte de mi vida en estos 23 años. Fue un viaje fabuloso que superó cualquier tipo de sueño. GRACIAS!”, escribió Ginóbili en su cuenta de Twitter.
Los Spurs y Popovich querían que siguiese para que completase el último año del contrato que le quedaba por 2,5 millones de dólares, pero Ginóbili ya había comentado que sólo si sentía la necesidad interna de seguir en activo lo haría.
Igualmente quería comenzar a tener una vida más dedicada a su familia y compartir el desarrollo de sus hijos.
La marcha de Ginóbili deja al baloncesto de la NBA sin el jugador más “explosivo” y “creativo” que había en la liga, del que siempre se podía esperar la última genialidad que diese la victoria a los Spurs.
Sus genialidades en el campo le permitieron ser el único jugador bajo la dirección de Popovich, al que el legendario entrenador le permitía en el campo tomar la última decisión y no hacer lo que él había establecido.
“Manu, simplemente, es un jugador excepcional, al que hay que dejar que actúe en el campo como su corazón y mente le diga en el momento concreto”, declaró Popovich cuando valoró la aportación de Ginóbili al equipo. “No hay nadie como él”.
A pesar de no tener el potencial físico de los jugadores de la NBA, Ginóbili fue siempre un pequeño gigante dentro del mejor baloncesto del mundo.
Ginóbili fue un anotador compulsivo en momentos decisivos, sin que nunca le superase la presión, además de ser un jugador de gran inteligencia dentro y fuera de la pista que le convirtió en profesional modelo, que hizo historia con los Spurs, equipo al que ayudó a ser ejemplo dentro del mundo del deporte.
Su trato con los periodistas fue siempre exquisito, de una gran educación y respeto, al estar siempre dispuesto a dar la última declaración, sin importar su condición física después de cada partido que disputaba.
Ginobili, que llegó a la NBA en 2002 con 25 años, se marcha con 41 cumplidos y 1.057 partidos de temporada regular disputados para establecer unos promedios de 13,3 puntos; 3,8 asistencias y 3,5 rebotes.
Mientras que su mejor temporada fue la del 2008 cuando logró promedios de 19,5 puntos; 4,8 rebotes y 4,5 asistencias.
Dentro de la competición de los playoffs, Ginóbili disputo 218 partidos y logró promedios de 14,0 puntos; 4,0 rebotes y 3,8 asistencias.
También fue seleccionado dos veces al Tercer Mejor Equipo de la NBA (2008 y 2011), otras dos al Partido de las Estrellas (2005 y 2011), ganó el premio de Sexto Jugador del Año en el 2008 y fue elegido al Segundo Equipo de Novatos en el 2003. EFE