El Sportivo Luqueño pudo rentabilizar sus chances en la última pelota gracias a un cabezazo de Iván Villalba y se quedó con puntos de oro frente a Guaireña en el Feliciano Cáceres.
Tal es la importancai del triunfo que le permitió salir de la zona roja del descenso. En 13 presencias acumula 12 unidades y se ilusiona con la salvación. Por su parte, el elenco villarriqueño podría dormir esta noche en zona roja si Resistencia vence a Olimpia.
EL PARTIDO. Atractivo primer tiempo protagonizaron auriazules y albicelestes en la República. El local salió furioso e intentó llevarse por cuello a su rival. Carlos Servín y el travesaño, ante el disparo de Matías Medina y el cabezazo de Pablo Aguilar, respectivamente, ambas acciones a segundos del pitido, dejaron indemne el arco visitante y frustraron a los anfitriones.
Insistió el Chanchón en terreno enemigo pero careció de claridad y contundencia para golpear en su mejor momento. Por estas deficiencias, más propias que ajenas, quedó con vida Guaireña que con el paso del tiempo se acomodó y empezó a mostrar sus colmillos en el ataque.
Kevin Parzajuk dio el primer trabajo al portero Gonzalo Falcón, pasando el primer cuarto (17 min). Posteriormente, Osvaldo Vázquez volvió a poner el riesgo la portería contraria. Y, por último, Lautaro Comas volvió a exigir la intervención del cancerbero local cerca del descanso.
En el complemento, el Emperador apostó por el goleador argentino Paul Charpentier como nueva referencia en la ofensiva en reemplazo de Lucas Barrios. Y como pasó en el lapso inicial, Sportivo Luqueño dejó pasar situaciones muy claras.
Una volea espectacular de Matías Medina exigió de vuelta la intervención de Carlos Servín, quien dio rebote, pero en la segunda jugada Diego Fernández estrelló el balón en el palo en unas acciones ocurridas a cinco minutos del reinicio.
El Chanchón marcó el gol mediante Rodi Ferreira, aunque esta vez se encontró con la revisión del VAR que detectó una posición adelantada de Pablo Aguilar en la jugada previa (55 min).
En el tramo final, sin tanta energía en las piernas, el Auriazul creó otras chances con Charpentier, Castro y Aguilar, pero fue finalmente Iván Villalba el que hizo justicia en tiempo de adición con un tremendo golpe de cabeza para desatar la locura en la República (91 min).