Roberto Junior Fernández, es una de las tantas demostraciones de aquella vieja y sinuosa afirmación que hace referencia a los lazos que unen a los familiares.
Su padre, Roberto “Gato” Fernández, fue uno de los mejores guantes centinelas de la Selección Paraguaya.
De hecho, con la Albirroja, se consagró campeón de la Copa América del 79 y el mismo también protagonizó un histórico momento en 1986, cuando en el Mundial de México le paró un penal a Hugo Sánchez, máxima estrella de aquel combinado local y en el mismísimo estadio Azteca.
La clave en tal ocasión fue la tenacidad; cualidad que a través de los genes, pero también del ejemplo, trasladó a su vástago: El Gatito.
Del latín tenacitas, la tenacidad es la capacidad de oponer resistencia ante las situaciones más complicadas.
De tal palo, tal astilla. “Gatito” tuvo una cita con la historia y vistiendo el guardametas la camiseta del Botafogo, no falló.
Desde la banca de suplentes, Junior irrumpió con un aire a inminente definición por penales aunque por entonces el juego todavía estaba igualado en 0-0. Apenas pisó el césped, las más de 30.000 almas presentes en el Defensores del Chaco se fundieron en silbidos de desaprobación.
Es que su pasado azulgrana también le daba una pizca más de sal al asunto. Sin embargo él no respondió, ni siquiera un solo gesto dedicó a los hinchas franjeados. Con envidiable profesionalismo se dedicó y limitó a desarrollar su trabajo.
Finalmente el resultado se dio para Olimpia y la definición desde los 13 metros fueron una realidad.
Con sus 28 años mozos, “Gatito” solo contra el mundo, al pie del cañón y ante la achacante mirada del gentío rival no titubeó, mostró su vigor e hizo honor a su mote tribal: Cayó parado todas las veces.
Posteriormente Roberto Junior Fernández corrió a celebrar con sus compañeros, en particular con Helton Leite, su camarada en el mismo puesto y quien por lesión tuvo que dejar la cita. Humildad al palo.
Para bien o para mal, el dorsal 25 será recordado por siempre en las retinas decanas, pues como ellos bien saben, la historia la cuentan los ganadores.