Su amor al balón se daría a los 7 años, comenzó relatando, cuando iba al club Sol de América con sus hermanos. Ellos practicaban el básquet, mientras que ella asistía a los cursos de danza acompañada de su madre. Si bien su madre siempre le insistía en que practique algún deporte, viendo el ejemplo de sus hermanos, la llevó a la práctica del básquet.
A los 12 años, en 2001, llegó a integrar la plantilla oficial del club Sol de América y el gran debut, no solo de Jazmín, sino también de Sol en competencias oficiales, se dio en el 2005, con una gran camada de compañeras, comentó, año en el que no se dieron los resultados, señaló. Pero al año siguiente consiguieron colgar la primera de las diez estrellas que logró en el club. Eso le valió ser convocada a la Selección Nacional, con la que disputó un Sudamericano.
Si bien Mercado admitió que en la rama femenina el baloncesto nacional no ha crecido por su escasa cantidad de clubes y apoyo, indicó que a nivel de Selección ha dado un salto de calidad en el ránking FIBA (62).
Su profesionalismo creció a tal nivel de migrar a ligas muy competitivas como la de Argentina, España, México, donde se destacó. Acotó que su vida es el básquet, una carrera que no hubiese sido tan llevadera sin el apoyo de su familia. Su madre siempre fue su apoyo y quien la acompañó en su proceso. Recordó además a su padre Gaspar Mercado, futbolista profesional que sobresalió en Cerro Porteño con la camiseta 10 en los años 84,85 y 86.
Los brazos tenaces que tanta gloria le dieron a Jazmín hoy acunan a su primer hijo. Se convirtió en madre el 25 de setiembre de 2019 y lo llamó Luca. Vive el dulce momento, comentó y aseveró que seguirá jugando, pero con más énfasis en su otro rol, que es de ser entrenadora de categorías menores, ejercicio que viene desarrollando desde años atrás en varias instituciones educativas y lo consolidó embarazada como asistente.