Gulbis frustró uno de los duelos más esperados en Wimbledon, un Del Potro-Djkovic en tercera ronda, que había levantado expectación desde que se produjo el sorteo el pasado viernes.
El letón, que figura con ránking protegido en la 99 posición, tras dos temporadas plagadas de lesiones en hombro y muñeca, conectó 25 saques directos y se ganó el derecho a medirse con el tricampeón serbio, que antes se había deshecho del checo Adam Pavlasek, 136 del mundo por 6-2, 6-2 y 6-1.
El encuentro se disputó en la pista tres del recinto de All England Club donde un espectador sufrió un golpe de calor, y el juego estuvo detenido durante casi 20 minutos, hasta que fue sacado del recinto.
“Delpo”, último jugador latinoamericano que quedaba en el cuadro, sufrió en exceso los certeros golpes de Gulbis, que se lo jugó todo a una carta y conectó 60 ganadores. El de Tandil no se encontró cómodo en la pista, desesperándose en algunos momentos. Con esta victoria, Gulbis vuelve a situarse en la tercera ronda de este Grand Slam (2013).
Verdugo del dominicano Victor Estrella Burgos en la ronda anterior, Gulbis vive todavía de las rentas de su pasado. Se le recuerda siempre como el hombre que ganó al suizo Roger Federer en octavos de final de Roland Garros en 2014, y luego al checo Tomas Berdych, antes de caer contra Djokovic en las semifinales, su mejor resultado en un Grand Slam.
Aquel año ganó por su actuación en París 411.000 euros que gastó de golpe jugando al ‘blackjack’ en un casino poco después en una sola noche en compañía de un primo suyo.
Hijo de millonarios, acostumbraba a llegar a las ciudades sedes de los torneos en su jet privado y a llevar una vida disoluta. El tenis era para él solo un “hobby”, y sus salidas de tono eran constantes.
“El tenis es un deporte muy duro para las mujeres, porque deben disfrutar de la vida un poco más, pensar en la familia y en los hijos. ¿En qué hijos puedes pensar hasta los 27 años si juegas profesionalmente?”, llegó a decir provocando las iras de las jugadoras.
También tuvo su polémica con sus compañeros del circuito, cuando al hablar de Nadal, Djokovic y Federer aseguró que son tenistas “que no dan espectáculo” y que los jugadores del ‘top ten’ estaban demasiado bien tratados, además de contentos porque a los jóvenes los trataban “como a una mierda”.
“El público quiere guerra, sangre y emociones: la gente quiere ver raquetas rotas y escuchar chillidos en la pista”, llegó a decir este Gulbis que ahora parece haber vuelto con fuerza a Wimbledon, donde retará a Djokovic en la tercera ronda. EFE.