Por Pedro García Garozzo - corporaciondeportivafenix@gmail.com
Así como hoy, recién después de que han transcurrido décadas enteras, valoramos en su justa medida los logros alcanzados por nuestro Víctor Pecci en el tenis internacional, las hazañas de Roger Federer que siguen siendo presente vivo y creciente, serán todavía evaluadas en grado superlativo en el futuro.
Las marcas establecidas por este formidable deportista, en cantidad y calidad, no tienen competencia en el cada vez más difícil y competitivo tenis profesional.
Ya se ha vertido abundante tinta sobre esos números y plusmarcas, que se condensan en los 18 títulos de Grand Slam (7 en Wimbledon, 5 en Australia, 5 en EEUU y 1 en Francia). Solo ahora podía igualar y lo hizo, el registro tope que estableció el estadounidense Pete Sampras, al convertirse campeón, habiendo arrancado con una siembra inferior, como preclasificado número 17.
¿Cuánto tiempo más jugará Roger. Y, sobre todo, a este nivel? Con la calidad que no se pierde, el temple y la voluntad que se desarrollan para suplir la energía juvenil que los años desgastan, tal vez aún nos pueda sorprender con otra marca que por ahora no puede lograr simplemente porque su vigencia alta en el ránking se lo impide: convertirse en el segundo jugador de la historia, capaz de igualar el récord que ostenta el croata Goran Ivanicevic, que no teniendo ránking para entrar ni siquiera al main draw de Wimbledon 2001, terminó convirtiéndose en el primer campeón de este Major que llegó al cetro con escalafón 125 ATP y por ahora único vencedor del mítico torneo al que se le dio entrada merced a un wild card y a solo días de cumplir 30 años.
Es por otra parte el primer tenista en la historia que se alza con cinco ediciones de tres Grand Slam diferentes (Wimbledon –con siete títulos– Melbourne y Nueva York –con cinco cada uno–). Federer volvió a ganarle en un Grande después de diez años a otro fenómeno, que tiene el mérito de haberle sacado ventaja estadística en sus duelos individuales, el español Rafael Nadal a quien saca cuatro títulos de distancia.
Si bien hoy el mundo reconoce a Federer como uno de los mejores tenistas de la historia, todavía su valoración no ha llegado a su apogeo, como ocurrirá cuando el tiempo también dé su testimonio irrefutable sobre esta verdad.