Esas cifras aparecen en el informe publicado este jueves por la Dirección Nacional de Control y Gestión (DNCG), un órgano de supervisión de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), que pone en evidencia el bache económico que han atravesado casi todos los clubes franceses, y en particular el PSG.
El equipo de la capital representó en la temporada 2020-2021 el 35 % de los números rojos de toda la primera división, que cerró con 646 millones de euros negativos.
A mucha distancia del PSG quedaron el Lyon con 107 millones de euros de pérdidas, el Marsella (76 millones) y el Burdeos (67 millones).
Esas pérdidas se explican en un parte importante por el hundimiento del 95 % de los ingresos en los partidos (básicamente por las entradas a los estadios) hasta los 7,9 millones de euros debido a las restricciones por el coronavirus.
En el extremo opuesto, los derechos audiovisuales se recuperaron un 21 % hasta los 835,7 millones, aunque sin llegar a los niveles de la temporada 2018-2019.
Por el lado de los gastos, la remuneración del personal creció un 9 % hasta 1.240 millones de euros y las cotizaciones sociales un 23 % hasta 347 millones. Los jugadores profesionales absorbieron 934,4 millones de esas cantidades, un 9 % más, mientras que 124,6 millones fueron a parar a los entrenadores y técnicos (+38 %).
El PSG por sí solo se gastó 503 millones de euros en la remuneración de su personal (un 31,7 % del total de los clubes de primera división), lo que significó un incremento del 21 % en un año.
Los derechos de televisión le reportaron 201,8 millones, de los cuales 146 correspondieron a su participación en la Liga de Campeones, en la que llegó hasta las semifinales. Los partidos de la liga francesa le aportaron 50,2 millones de euros de derechos de televisión y el resto de competiciones 5,6 millones.
Los clubes franceses de primera vendieron la pasada temporada a 50 jugadores al extranjero por los que obtuvieron 302,7 millones de euros, mientras que en el sentido inverso compraron a 61 futbolistas por 345,5 millones.