Con la decisión de llevar el Dakar a Oriente Medio en la edición de 2020, la 42ª en la historia del Dakar, se culminó una posibilidad que ya se barajó en 2018 y con la que se busca recuperar el “carácter aventurero” y “volver a las raíces de enfrentarse a lo desconocido” de los inicios en África, según explicó a EFE una fuente de la organización.
Antes de tomar esta decisión, también se valoró una vuelta al continente africano, en el suroeste en Angola y Namibia, pero se impuso la oferta para los próximos cinco años de Arabia Saudí, que busca en el deporte una fuente de atracción de turistas en su objetivo de sumar 30 millones de visitantes en el año 2030, ‘la visión’ impulsada por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán.
Para ello, el país árabe inauguró este martes una nueva categoría de visados turísticos con el objetivo de abrir sus puertas al mundo. Más fáciles de conseguir -sin envío de gran documentación y el pasaporte físico, sino a través de la página web oficial y de forma telemática-, con un precio que ronda los 110€ más IVA y con duración de un año.
Un cambio del que se beneficiarán los participantes y trabajadores del próximo Rally Dakar 2020. A poco más de tres meses para el inicio de la competición, que comenzará en Yeda el 5 de enero y terminará en Riad el 17, el equipo de reconocimiento de ASO ultima los detalles de las rutas de 12 etapas en el desierto saudí y que serán presentadas oficialmente el próximo 20 de noviembre en el Instituto del Mundo Árabe de París.
La organización resalta la gran cantidad de kilómetros disponibles para trazar las rutas, lo que le permitiría “organizar un Dakar distinto en cada edición durante los próximos cinco años”, pero, según pudo confirmar EFE, la idea de ASO ya para 2021 es la expansión del rally a países vecinos como Jordania y Egipto.