El juez del encuentro por Copa Libertadores, entre Palmeiras y Cerro Porteño, Germán Delfino, se dejó manipular por el teatro que montaron los del conjunto local tras la prematura expulsión de Felipe Melo, cayendo en excesivas explicaciones a los futbolistas, cuando podía haber sido más duro.
Principalmente por la cantidad de oportunidades en que los pupilos de Luiz Felipe Scolari demoraron todo lo que pudieron ante cualquier roce rival, particularmente el portero Weverton, quien se fue libre de amonestación pese a ser uno de los mayores merecedores.
Sobre el final, ocho minutos de adición en primera instancia y tres más después, de los cuales se jugaron apenas un par entre demoras y polémicas, terminaron de agrandar la flojísima actuación del argentino que además echó a Deyverson y Marcos Cáceres en un confuso episodio.