El decimoctavo gol en los últimos catorce partidos de Cristiano matizó una prestación insuficiente de Juventus ante un Milan agresivo, que se había adelantado gracias al croata Ante Rebic y que se quedó con diez hombres en los últimos veinte minutos por la expulsión al francés Theo Hernández.
En un San Siro repleto con 73.000 espectadores, lo que supuso el récord absoluto de público en un partido de la Copa Italia, el Milan arrancó con gran agresividad. En los primeros cinco minutos, el sueco Zlatan Ibrahimovic, con un cabezazo alto, el marfileño Frank Kessie, con un derechazo fuera por poco, y Rebic, con un remate despejado por Gianluigi Buffon, asustaron a una Juventus poco brillante.
El argentino Paulo Dybala fue el más activo, intentó bajar su posición para recoger el balón y dar ritmo a su equipo, pero fue el Milan quien más buscó la ventaja y la consiguió a la hora de juego, tras toparse repetidamente con unas buenas paradas de Buffon.
Fue Rebic quien remató un centro del español Samu Castillejo, titular fijo en la banda derecha tras la salida de su compatriota Jesús Fernández “Suso”, para dar una merecida ventaja al equipo de Stefano Pioli.
Lo hizo en un partido de alta tensión, en el que el Milan perdió a Theo Hernández, a Ibrahimovic y a Castillejo para el partido de vuelta por acumulación de tarjetas. El propio Theo acabó expulsado en el 71 por una falta a Dybala y de allí el Juventus se instaló en la mitad de campo milanista.
Aguantó hasta el minuto 90 el Milan, cuando Cristiano lo intentó con una espectacular chilena que fue desviada con un brazo por el lateral Davide Calabria. Tras control VAR, el árbitro otorgó el penalti y CR7 no tembló, batió a Donnarumma y dio al Juventus un importante empate 1-1.
Los hombres de Maurizio Sarri, todavía muy lejos de su mejor versión, buscarán sellar su clasificación a la final de la Copa Italia el próximo 4 de marzo en el Allianz Stadium ante un Milan que llegará a esa cita repleto de bajas.