Un año antes de la entrada al país de la gripe española, el fútbol paraguayo se había unificado. Hasta 1917 se disputaron dos campeonatos, dependientes de diferentes entidades, la Liga y la Asociación. El torneo organizado por esta era menos competitivo que el de aquella, y al año siguiente desapareció. Como demostración de mayor superioridad organizadora, desde entonces, única entidad rectora del fútbol nacional inauguró su rutilante estadio en Sajonia.
Nueve equipos hicieron parte de aquel torneo. Cerro Porteño, Olimpia, Guaraní, Libertad, Nacional, River Plate, Sol de América, Atlántida y Marte Atlético fueron los protagonistas. “Se dice que el campeonato fue fervorosamente disputado”, resume Miguel Ángel Bestard, en Paraguay: Un siglo de fútbol.
El historiador cita como hechos trascendentes y llamativos el primer choque entre Libertad y Cerro Porteño que se registra, además de las goleadas implacables del mismo Ciclón (9-0) y de Guaraní (11-1) a Marte Atlético, el equipo luqueño que aquel año por última vez participaría de la Primera División, para luego desaparecer y, con otras dos instituciones de la ciudad, dar origen al Sportivo en 1921. River también goleó a Sol de América por 12 a 2.
NACIONAL, EL RIVAL. Después de jugar todos contra todos, Cerro y Nacional se ubicaron en la cima de la tabla con 21 puntos. Para decidir el campeón, se enfrentaron en tres vibrantes partidos, entre noviembre de 1918 y enero de 1919. Si bien ambos equipos del mismo barrio demostraron ser duros y goleadores durante el certamen, Cerro terminó imponiéndose.
En el primero de ellos, disputado el 10 de noviembre, los noventa minutos terminaron en empate a uno. Se jugó un tiempo suplementario, donde Nacional se adelantó por medio de Escalada. Los siguientes quince minutos fueron aplazados por falta de luz eléctrica. Entonces, el momento álgido de los contagios de la gripe hizo de las suyas e impidió que el tiempo restante se jugara de inmediato.
“La espera fue larga, pues la terrible peste de gripe que ese año azotó el mundo entero, hacía en esos días estragos en Asunción”, pinta Bestard. La pelota desalojó las canchas hasta el 26 de enero siguiente, cuando se completó el primer partido con empate 2-2, con un doblete de Ávila para Cerro.
El segundo juego también terminó empatado (1-1) “a última hora con un gol imposible de Clemente Ferreira”. Hubo que esperar a fines de ese mismo mes para asistir a un tercer encuentro definitorio y conocer así al campeón. Veinte minutos antes del final, Cerro Porteño perdía 0-2. El equipo liderado por el legendario Manuel Fleitas Solich se sentía campeón por tercera vez en su historia. Pero Cerro marcó cuatro tantos en ese tramo, “iniciando una tradición: la victoria a lo Cerro”. A lo Ciclón.
En ese mismo 1919 en que terminó el campeonato correspondiente al año anterior, el mismo plantel cerrista (dirigido, como se acostumbraba entonces, por uno de los jugadores, Humberto Camperchioli) se consagraría bicampeón. Pasarían dieciséis años para que celebrara de nuevo otro título, en 1935. Pero esa es otra historia.
El equipo de 1918
No contamos con imágenes de aquel equipo de 1918-1919, pero sí con los nombres de los bicampeones. Aquel cuadro formado con Riquelme, Camperchioli y Talavera; Denis, Cazal y Martínez; Capdvila, J. D. Talavera, Uriarte, Lázaro y Dámaso Ávila. Este último fue el goleador de las finales.