Fiel a su estilo correoso, sin dar una pelota por perdida, la paraguaya puso en aprietos desde el comienzo del partido a Kvitova en la pista Philippe Chatrier, para hacerse con el primer set sin demasiada dificultad.
La checa, reciente vencedora en Madrid, supo rehacerse en el segundo set y desplegó su mejor tenis desde el fondo de la pista para conceder a su rival sólo el penúltimo juego, cuando ya estaba a punto de adjudicarse la manga en blanco.
En el set definitivo, Cepede Royg comenzó desquiciando a Kvitova en largos peloteos que acababan muchas veces en errores no forzados de la octava favorita.
Sin embargo, poco a poco ésta fue encontrándose más cómoda y a tirar de su repertorio de derecha, con restos de ángulos imposibles que alternaba con fallos inesperados.
Tras romper el servicio de Cepede Royg en el undécimo juego, Kvitova logró mantener su saque en el siguiente para acabar imponiéndose ante una jugadora paraguaya que no podrá reeditar los octavos de final que alcanzó el año pasado.
La checa deberá enfrentarse ahora a la española Lara Arruabarrena (95), que apeó a la húngara Timea Babos (37) por 7-6 (5) y 6-3. EFE