Si bien consiguió su cometido, luego las imágenes que recorrieron el mundo desataron la polémica y la broma no le salió tan bien como suele suceder cuando lo hace el vigente número uno del mundo Novak Djokovic.
La danesa se colocó toallas en el pecho y la cola para igualar el tamaño de la estadounidense y jugó así unos segundos.
Si bien se trató de una broma, se instaló la polémica en las redes porque algunos lo vieron como un acto de racismo.