Brasil y Argentina abren esta noche las semifinales del torneo en el siempre sorprendente estadio Mineirão de Belo Horizonte, una final anticipada entre dos gigantes cuestionados en busca de la redención.
La Albiceleste confía en continuar con su progresión tras los brotes verdes que aparecieron en cuartos ante Venezuela (0-2), a la espera del advenimiento de Lionel Messi, desaparecido en combate y solo protagonista por criticar el mal estado del césped de los estadios.
La Canarinha está para mostrar su cara A, aquella que mostró ante Perú (0-5), y evitar su lado más oscuro visto contra Venezuela (0-0) y Paraguay (0-0).
RECUPERACIÓN DE VALÍA. Tite recupera al menos a Casemiro, que se perdió los cuartos ante Paraguay por sanción, una pieza clave para seguir con la portería a cero (cuatro partidos y cero goles en contra).
Por su parte, el seleccionador argentino, Lionel Scaloni, ya sabe lo que es perder contra la Brasil de Tite. Fue en un amistoso jugado en Arabia Saudí en octubre pasado que se decidió con un cabezazo del central João Miranda en el tiempo de descuento. El DT argentino repetirá alineación ante Venezuela.
FOBIA AL MINEIRANAZO. Nadie olvida el humillante 1-7 contra Alemania en las semifinales del Mundial de Brasil 2014. Ganar a Argentina en la escena del crimen podría poner un parche a esa histórica afronta.
No obstante, para la Albiceleste también es un mal trago jugar en el Mineirão contra la pentacampeona del mundo. El balance habla por sí solo, cuatro derrotas y un empate. El dato más reciente es un 3-0, por las Eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018.