El Boca Juniors argentino apeló a la mística para vencer por 1-0 al Corinthians brasileño, rival que el año pasado le ganó la final de la Copa Libertadores, y tomó una luz de ventaja para superar la fase de octavos de final.
Nicolás Blandi, al desviar la trayectoria de un remate sin dirección de Cristian Erbes a los 59 minutos, dio la victoria al actual subcampeón del torneo.
Con un rígido sistema táctico 4-4-2, ambos entrenadores planearon un partido luchado en la mitad de la cancha para mantener el peligro lejos de las áreas y ello restringió la posibilidad de ver un espectáculo más entretenido pero con muchas fricciones.
Boca dependía de las combinaciones entre el creativo Walter Erviti, que estuvo muy lúcido en los primeros minutos del encuentro, y Juan Sánchez Miño, mientras que el Corinthians apostaba al poder ofensivo del punta peruano Paolo Guerrero, quien llegó a La Bombonera con récord de 20 goles en 36 partidos.
El equipo local arrancó jugando mejor que su rival, pero tuvo que esperar hasta el minuto nueve para generar la primera jugada de riesgo. Esta llegó por medio de un remate de larga distancia de Erviti, que se fue apenas desviado por encima del horizontal.
El ‘Timao’ (Equipazo) respondió rápidamente con una jugada colectiva que culminó con un centro al área que fue conectado por Emerson con un disparo de volea.
La defensa visitante marcaba en zona y ello casi lo paga caro a los 33 minutos, cuando un pase de Cristian Erbes por encima de la defensa habilitó a Juan Manuel Martínez, quien intentó servirle el gol a Nicolás Blandi, pero el arquero Cassio se anticipó y cortó al trayectoria de la pelota.
El comienzo del complemento fue un reflejo del primer tiempo, pues Boca tenía la tenencia de la pelota y buscaba abrir el marcador, pero le faltaba precisión. En cambio, el equipo brasileño proponía un juego reñido que por momentos trababa las acciones.
Hasta que los de Carlos Bianchi tuvieron su premio a los 59 minutos. Erbes remató al arco y Blandi desvió la trayectoria de la pelota para ponerla por debajo de Cassio.
Guerrero puso en evidencia algunas grietas defensivas y fue el peor de cabeza para la defensa del Boca, que tuvo en el guardameta Agustín Orión su mejor carta de garantía.
Un remate venenoso fuera del área desde la izquierda del peruano explotó en el vertical opuesto de Orión y prácticamente fue la última opción del equipo brasileño.
El partido de vuelta se jugará el 15 de mayo en Sao Paulo.