El Club Olimpia, ya acostumbrado a las grandes citas internacionales, disputaba su cuarta final continental (1960, 1979, 1989 y 1990). Enfrente estaba el Barcelona Sporting Club de Ecuador, que vivía por primera vez la experiencia de luchar por el título más importante de Sudamérica.
Con goles de Raúl Vicente Amarilla y Adriano Samaniego, el Decano se impuso en el primer duelo, acercándose un paso más al objetivo máximo: la tan anhelada Copa Libertadores de América.
Aquella victoria marcó otro capítulo glorioso en la historia franjeada, consolidando al club paraguayo como protagonista constante del torneo más prestigioso del continente.
Hoy, a 35 años de aquella gesta, la realidad marca un contraste: muy lejos parece estar el fútbol paraguayo de volver a alcanzar una hazaña semejante.