El gol del chileno Aránguiz, con un remate de cabeza desde cerca del punto penal en el minuto 86, fue clave en un partido que, pese al favoritismo claro, se le estaba complicando al equipo de las aspirinas.
El Union se fue en ventaja en el minuto 31 mediante un remate de cabeza de Markus Ingvartsen a centro de Bülter desde la derecha.
El Leverkusen había tenido hacia ese momento cierto control sobre el partido pero sin lograr generar jugadas de área peligrosas.
El Union, por su parte, defendía bien y buscaba salir jugando al contragolpe cuando recuperada la pelota.
En la segunda parte el Leverkusen mejoró y exigió al Union cada vez más en defensa.
En el 71 los berlineses se quedaron con diez hombres por expulsión de Lenz con doble amarilla y poco después, en el 72, vino el empate con un remate de pierna derecha de Karim Bellarabi a pase de Kai Havertz.
Después la presión del Leverkusen aumentó en parte gracias a la superioridad numérica y también porque el ingreso al campo de Bellarabi y Diaby le habían dado más profundidad al equipo de Peter Bosz.
No obstante, no apuntaba a que se iba a llegar a la prórroga cuando llegó el gol de Aránguiz.
En la jugada anterior, el meta del Union, Rafal Giekiewicz, había desviado a saque de esquina un remate a quemarropa de Diaby.
El balón parecía no querer entrar pero en la jugada siguiente entró. El lanzamiento llegó al centro del área desde donde Aránguiz cabeceó con precisión, sin tener casi que saltar.
Después, el Union se jugó los restos y se echó al ataque lo que le dio al Leverkusen el espacio para que Bellarabi comandará un contragolpe que terminó en gol de Diaby.