Por Pedro Lezcano - @pedritolezkano
En el inicio de la tercera década del siglo XX, tiempo en que el país se adentraba a una nueva confrontación bélica internacional, la segunda en su caldeada historia política oficial, narran los archivos que el joven Arsenio Erico partió hacia una gira deportiva con la Cruz Roja.
Recaudar fondos para la institución médica era el objetivo colectivo, sin contar con que en su caravana sobre suelo argentino la fortuna individual posaría manto en el prometedor delantero.
Más de 300 goles y un particular estilo de juego hicieron que Arsenio Erico se ganara un lugar en el corazón del estadio Libertadores de América, conocido hasta el 2005 como “La Doble Visera”.
El Libertadores de América goza de una instalación única. Foto: Pedro Lezcano
Cerca de trescientos metros y una calle separan a tal escenario de su principal antagonista, el Juan Domingo Perón, el popular “Cilindro”.
Desde el tren que conecta La Plata con la estación Darío Kotequi y Maxi Santillán (dos manifestantes muertos por fuerzas policiales durante el estallido/crisis popular del 2002) se los puede observar con estupor.
Consultando para llegar de a pie, las opiniones sobre ambos sumideros de fútbol se oirán distintas de acuerdo al vaqueano partidario que uno logre conectar.
Según jueguen Racing o Independiente, los puestos con las casacas correspondientes cruzarán la vereda y se montarán listos al equipo y aficionados que animen la fiesta en el barrio.
Optar por la visita al Libertadores, que además cuenta con un colegio de enseñanza inicial, básica y media, implica respetar un pequeño cartel con la inscripción: “Prohibido el acceso con camisetas de otros clubes”.
Anunciarse como nacido en la misma zona geográfica que Erico replica cortesía. Un mural cerámico, recreado con azulejos, certifica aires recíprocos.
Nótese el parecido del escudo antiguo con el del Inde de Campo Grande Foto: Pedro Lezcano
El recorrido por la cancha, previa conversación con los trabajadores del club, despierta la mayor de las sorpresas.
19 filas de las Plateas Bajas, 21 de las Altas y uno de los Palcos (un total de 10.000 butacas) corresponden al sector “Arsenio Erico”.
El tribunero Arsenio Erico. Foto: Pedro Lezcano
Todo en profundo homenaje al “Rey del Gol”, ese cuyos bonitos artilugios marcaron las retinas de miles de apasionados al deporte, lejos de su Asunción natal.
Otros “simples imitadores”, Diego Maradona, Alfredo Di Stéfano, Pelé, Franz Beckenbauer o Johan Cruyff, han pateado balones en el mismo teatro. Ninguno como quien conquistó “La Caldera del Diablo”, “La Garganta del Infierno”, “El Castillo del Rey”.
Vista aérea del Libertadores de América. Foto: Pedro Lezcano
COSAS DEL FÚTBOL. El próximo 2 de noviembre, por Copa Sudamericana, Nacional (La Academia, similar al Racing) lo visitará por primera vez en su estado actual, fecha en que se registrará el encuentro revancha (25/10 IDA) de las enseñas más importantes en la vida de don Arsenio. Una que lo vio nacer, otra que la vio brillar.
EL DATO. En 1941, con el Saltarín en su filas, Independiente visitó a Nacional en el Estadio de la Liga, dándose una derrota roja por 4-3.
El historiador nacionálofilo Carlos Villagra rescata que en la ocasión, Erico había evitado hacer goles.
Sin embargo, al ser molestado por hinchas locales, quienes gastaban bromas sobre el coterráneo, éste acabó desquitándose con 4 tantos en un segundo juego que acabó 3-7 a favor de Independiente.
En marzo de 1943, el Tricolor viajaría a Buenos Aires. Otra vez la ley del ex impondría presencia.