En la pista central de Flushing Meadows, el Arthur Ashe Stadium, Williams realizó una demostración de buen tenis, fuerza y agresividad ante una Sevastova que poco pudo hacer por frenar a la jugadora más en forma del circuito.
Ahora Williams se enfrentará a la ganadora de la otra semifinal en juego, que disputan la estadounidense Madison Keys -puede haber final de compatriotas en su casa- y la japonesa Naomi Osaka.
La letona Sevastova plantó cara en los primeros juegos del primer set, en un arranque igualado que parecía pronosticar todo lo contrario de lo que al final sucedió, con un primer set que finalmente se saldó en un 6-3.
Williams apretó aún más el acelerador, como si quisiese ganar ya la final, y movió a Sevastova a lado y lado de la pista con bolas profundas, a lo que añadió un plus de agresividad subiendo a la red para no alargar cada juego.
Ya nada más empezar el segundo set, Williams, que volvía a lucir un vestido deportivo color lavanda con tutú, rompió el saque de la letona con contundencia, y fue un no parar de golpes ganadores de todo tipo hasta llegar al 6-0.
Al finalizar el partido, Serena Williams, que fue madre hace un año, ha admitido que es “increíble volver a jugar una final tras tener el bebé".
“Estoy muy agradecida a este deporte, no importa lo que pasa en cada partido, hay que continuar hacia adelante porque esto acaba de empezar, hace solo dos meses que volví. Sólo es el principio”, manifestó Williams en un discurso muy acorde a las ganas de ganar demostradas en el Corona Park
Williams, que prácticamente llenó la pista central de Flushing Meadows, aseguró que el público le ha ayudado a mejorar en los partidos, por lo que se siente en deuda con él y quiere “dar lo mejor” a los aficionados.
La tenista estadounidense, preguntada por cómo va a intentar ganar la final, ha recordado que ya jugó 31 finales -Williams es una veterana que en 20 días cumplirá 37 años- y sabe cómo tiene que hacerlo. De hecho ya tiene en sus vitrinas 23 Grand Slams. Sólo con que juegue como hoy ya tiene muchas opciones de hacerse con el trofeo.