14 dic. 2024

Otro fracaso por la falta de toma de decisiones

Berizzo desde el primer amistoso demostró que su idea de fútbol no sintoniza con el estilo de estos jugadores.

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Robert Harrison, presidente de la APF.

Foto: Última Hora

Bolivia se encargó de matar a un muerto. Robarle el título a la película paraguaya no la intención, pero como no mencionar si nos duele tanto otro nuevo fracaso en Eliminatorias mundialista. El equipo del altiplano se encargó de sentenciar a la Selección Nacional que desde un principio no tuvo sintonía con la conducción del entrenador Eduardo Berizzo, cuyo discurso de posesión no aplicó jamás a la realidad ni en cancha, ni en los resultados.

Todos cargan contra Berizzo, pero no solo él tiene la culpa, también el grupo de jugadores tibios de esta generación albirroja, cuya base ya había tropezado en las Eliminatorias pasadas, pero el mayor responsable de todos se llama Robert Harrison Paleari, y su sumisa genuflexa dirigencia, quienes condenan a Paraguay al fracaso de no ir a su tercer Mundial de forma consecutiva, al no atreverse a cambiar a tiempo a un entrenador que desde el principio fue un improvisado.

En diciembre de 2017, Francisco Chiqui Arce había dicho que la APF no debía perder tanto tiempo en designar a un nuevo entrenador para la Selección si se quería apuntar a un proceso que lleve a la Copa del Mundo. Harrison no tomó esa decisión, Chiqui no renovó y tardaron casi un año para contratar al mamarracho de Juan Carlos Osorio, otro paso en falso de esta dirigencia de la APF. Al final Osorio se marchó por su apetencia de dirigir a la Selección Colombia. Luego llegó Eduardo Berizzo, recién en febrero de 20019. Se perdieron casi dos años señor Harrison, así no se va a ningún lado y este es el resultado.

Pero Berizzo desde el primer amistoso demostró que su idea de fútbol no sintoniza con el estilo de estos jugadores. Además, él se muere en un idea y descuida hasta la fortaleza histórica de Paraguay, en la marca, en el juego aéreo. La posesión que él prédica en la Selección, es el pase hacia atrás entre el volante, defensa y arquero. Nunca para adelante, ese fue siempre su déficit. Tampoco hay actitud de rebeldía de los jugadores. Los únicos dos triunfos ante Venezuela es sentencia. Antes de la Copa América se le reclamó a la APF, a Harrison, que cambien al DT, pero no lo hicieron. Ahora, es tarde, nuevamente es un rotundo fracaso.

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