Más preciso que en el partido anterior contra el francés Gael Monfils, a Nadal le sirvió su poderío desde el fondo de la pista para desbaratar la defensa de “El Peque”, y derrotarle por quinta vez y segunda este año (Abierto de Australia).
Nadal solo cedió una vez su saque ante el discípulo de Juan Ignacio Chela (octavo juego del segundo set), cuando el bonaerense lució suelto, con un poderoso revés paralelo para inquietar al cinco veces ganador de este torneo.
Pero el cuartofinalista del pasado año en el US Open no pudo confirmar ese momento y cedió su saque en el noveno juego de ese parcial ante la tenacidad de Nadal, que confirmó su victoria a continuación en una hora y 44 minutos.
“Ni siquiera me había entrenado de noche”, dijo Nadal después de jugar por primera vez esta semana en la sesión vespertina. “El impacto en tierra es mayor, porque la bola se vuelve más pesada. Esta es una de las pistas más rápidas de circuito pero la bola sigue volando pero las sensaciones en el cordaje son diferentes”, explicó.
“Todo el mundo tiene que trabajar los puntos contra Schwartzman. Se ha superado año tras año, es una bala moviéndose, y tiene una habilidad para adivinar donde va la bola. Con una hora y 48 minutos ya se puede decir lo que ha sido el partido. La he liado con el 4-3 del segundo set. Pero todo el público me ha ayudado para ganar el partido”, dijo el campeón español.
Una vez apartado de su camino Schwartzman, Nadal se medirá en cuartos contra el austríaco Dominic Thiem, al que derrotó en la final del pasado año en la Caja Mágica, y luego después en las semifinales de Roland Garros, y al que se hace unas semanas, en los cuartos de Montecarlo, le infligió un duro castigo: 6-0 y 6-2.
Thiem venció en octavos al croata Borna Coric, por 2-6, 7-6 (5) y 6-4. EFE.