Derrotada en las finales de 2011 y 2013, Na Li hizo realidad su sueño de ganar este torneo, y con el título se colocará a solo 11 puntos del segundo puesto de la clasificación mundial, acosando a la bielorrusa Victoria Azarenka. La estadounidense Serena Williams, derrotada en octavos, se mantendrá al frente de la clasificación mundial.
Después las eliminaciones prematuras de Serena, la rusa María Sharapova y Azarenka, solo quedaba Li en el torneo como peso pesado para ganar el título. Y en una edición en la que los sobresaltos estuvieron a la orden del día, y en la que la propia Li estuvo a punto de caer también (salvó una bola de partido contra la checa Lucie Safarova), la china hizo honor a su condición de cuarta cabeza de serie.
Li, que cumplirá 32 años el 26 de febrero, es la cuarta jugadora que se alza con el título después de salvar una bola de partido, tal y como hicieron en su día Mónica Seles (1991), Jennifer Capriati (2002) y Serena Williams (2003 y 2005).
Su entrenador, el argentino Carlos Rodríguez, con quien empezó a trabajar desde julio de 2012, justo después de Wimbledon, podrá respirar al fin tranquilo. Rodríguez, técnico de la suiza Martina Hingis, con la que ganó siete grandes, sumó este sábado uno más en su carrera como técnico.
La edad y la experiencia premió a ocho jugadoras mayores de 30 años, con al menos un título grande, desde que comenzó la Era Open. Li, unió su nombre a los de Serena Williams (4), Margaret Court (3), Martina Navratilova (3), Billie Jean King (2), Anna Jones (1), Virginia Wade (1) y Chris Evert (2).
Evert precisamente, ganadora de este torneo en 1984 y 1985 entregó la copa de campeona a Li, que brilló con su simpatía e ingenio tradicional en la entrega de trofeos.
“Finalmente lo gané, las otras dos estuve muy cerca. Max (Eisenbund), mi agente, me hiciste rica”, dijo, provocando las risas de todos. Y así fue nombrado a todos los miembros de su equipo hasta llegar a su marido, “famoso en China, dándolo todo para viajar conmigo, arreglándome las raquetas, las bebidas. Gracias, eres un gran hombre. Y también afortunado porque me encontraste”.
“No se como empezar después de las dos semanas más fantásticas de mi vida”, añadió por su parte Cibulkova, con lágrimas. “Hoy mereciste ser la ganadora. Desde hoy este es también mi Grand Slam favorito”, agregó.
La jugadora china comenzó el partido usando sus demoledores golpes desde el fondo para desbaratar la defensa de Cibulkova, la primera jugadora de Eslovaquia que había alcanzado la final de un Grand Slam. Se colocó rápidamente con 2-0 e incluso tuvo una oportunidad para marcar el 3-0 que Dominika logró desbaratar.
La tenista de Bratislava no estaba dispuesta a rendirse, y con un espectacular juego de pies, rápida y explosiva, no solo llegó a neutralizar esta diferencia sino que se colocó con ventaja de 5-4.
Pero la pequeña rubia, con 11 centímetros menos que Li, estuvo forzada durante todo el encuentro con los restos de su adversaria, y lo pagó caro porque al querer intimidar más y de paso resguardarse, acumulaba dobles faltas, siete en total y algunas de ellas cruciales. Li dominó el desempate, primero en una final femenina desde el duelo del 2003 entre las hermanas Serena y Venus Williams, y ahí cimentó su victoria.
El segundo set ya no tuvo historia, Li, redujo considerablemente su nivel de errores no forzados, y sometió a un duro castigo a su rival, que este año había dejado en la cuneta a cuatro favoritas, la española Carla Suárez (16), la rusa María Sharapova (3), la rumana Simona Halep (11) y la polaca Agnieszka Radwanska (5).
Na Li, por su parte, había tenido un plácido camino hasta la final, salvo el escollo de Safarova, sin enfrentarse en su camino a ninguna jugadora situada entre las 16 mejores, ganó en Melbourne, por fin. Sueño cumplido. EFE.