Tras aterrizar al mediodía en un avión privado que había sido escoltado por dos cazas F-16 de las Fuerzas Armadas de Noruega, en el aeropuerto de Kastrup, la comitiva del ciclista Vingegaard recorrió las calles de la capital hasta la Plaza del Ayuntamiento.
“Muchas gracias a todos los que habéis venido y muchas gracias a todos los que me han apoyado en las últimas tres semanas,” dijo desde el balcón ante la multitud, ataviado con el maillot amarillo y acompañado de su mujer y su hija.
En declaraciones a los medios daneses, afirmó que todavía le parece “una locura” pensar que ha ganado el Tour de Francia y dio las gracias a los clubes de ciclismo amateur de Dinamarca.
“Sin ellos probablemente no habría ganado,” afirmó.
En la ceremonia le acompañaron la alcaldesa de Copenhague, Sophie Haestorp Andersen, y el ministro de Comercio danés, Simon Kollerup, así como compañeros del Tour, entre ellos Mads Pedersen y Michael Morkov.
Las calles de la capital danesa se llenaron de aficionados hasta el punto de que la policía recomendó a quienes quisieran acudir a la celebración que tomasen la bicicleta o el transporte público ya que sería preciso cortar algunas calles.
Esta tarde está previsto que continúen las celebraciones, con un concierto en el céntrico parque de atracciones Tivoli, en el que participarán entre otros los artistas daneses Saveus y Lis Sorensen y que está previsto que congregue hasta 25.000 personas.
El jueves, Vingegaard será recibido en su localidad natal de Glyngore y según los medios daneses, tiene previsto tomarse después un descanso por lo menos hasta finales de agosto.
El ciclista es el primer danés que gana el Tour de Francia desde 1996, cuando se alzó con el maillot amarillo Bjarne Riis.