Por Juan Pintos Sumi - @elbuenJuane
En ese momento quizás ninguno de nosotros tenía la confianza y la astucia suficiente para dar respuesta a esa pregunta, pero en el Quicken Loans Arena de Cleveland había un hombre con traje y pizarra que pudo responder el acertijo: Brad Stevens, el capitán del barco verde que atravesó altamar en una noche tormentosa y salió victorioso. ¡Los Celtics en una muestra tangible de amor propio vencen a los Cavaliers por 111 a 108!
Con la sorprendente victoria, el equipo de Boston Celtics con el corazón con el que se movieron en el partido de ayer cortan el bullying e imponen respeto. Con el 2-1 todos los creadores de memes de barrida volverán a sus cuevas y no saldrán al sol hasta la próxima temporada.
Por lesión en la cadera, el base All-star Isaiah Thomas se veía impedido y no podía seguir haciendo un juego de cintura y escurrirse entre los adversarios, fue reemplazado por Marcus Smart en el quinteto inicial. Los Celtics eran conscientes y sabían que la única manera de contener la ofensiva de los punzantes Cavaliers era construyendo un muro defensivo, para ser competitivos debían cuidar el balón en cada posesión y tomar las mejores decisiones antes de los lanzamientos, sin predominancia en la pintura solo los tiros de media y larga distancia conseguirían herir al oponente local.
Kevin Love comenzó el juego romántico con el aro, sin fallo en los primeros 6 minutos de juego encestó sus primeros cuatro triples. Antes de la mitad del primer cuarto los Cavs se escapaban del marcador sacando una diferencia de más de 10 puntos.
Poco a poco los Celtics comenzaban a construir su muro defensivo y provocaban algunas pérdidas en el equipo de Cleveland, pero no era suficiente para frenar el ataque local, Kyrie Irving acompañaba a Love desde la línea de triple y encestaría 3 de 3 en el primer cuarto, que terminaría 35 a 24 con una diferencia positiva a favor de los Cavs.
Avery Bradley asumía el papel protagónico de anotador dejado por Thomas. La película del segundo cuarto se seguía rodando con el mismo argumento del primer parcial, cualquier ataque e intento de reacción celta era respondido con el fuego de los francotiradores Kyrie Irving y Kevin Love, quienes en la primera mitad se combinaban con 11 aciertos en 14 intentos para sacar una diferencia de 16 puntos. LeBron estuvo en cancha, pero su ausencia equivaldría a la de Thomas.
BOSTON CELTICS: SIN SU ESTRELLA, PERO A LA ALTURA DE LA FRANQUICIA
Para la segunda mitad, el muro defensivo de los Celtics ganaba altura y cerraría el perímetro para los Cavaliers, quienes no lograrían conseguir triples con la misma efectividad de los primeros dos cuartos.
Sin puntos desde larga distancia los Cavs encontrarían una grieta y se infiltrarían para herir desde la pintura; Tristan Thompson era el encargado de reprimir al equipo de Brad Stevens. Al Horford y Kelly Olynyk respondían desde el otro lado de la cancha, pero no bastaba y los Cavaliers aumentaban su ventaja a más de 20 puntos.
Transcurría la mitad del tercer cuarto y parecía que la tempestad caería encima de los Celtics con toda su fuerza, pero para entonces el muro ya estaba totalmente consolidado; cerrado el perímetro y con un Thompson cada vez menos eficiente en el juego interior el equipo de Boston aprovecharía el buen momento y cargarían en el sector ofensivo.
El agua de la tormenta contenida por el muro haría que el raudal ofensivo del equipo visitante inundara Cleveland: los triples entraban con más fluidez en el ataque de los Celtics, generando un parcial de 24 a 8. Demás está decir que fue el mejor momento de Boston en lo que va de la serie. Los últimos 5 minutos del tercer cuarto reducirían la diferencia a tan solo 5 puntos.
Los Celtics jugaban sin Thomas y hacían hasta lo imposible por llevarse el partido, mientras tanto los Cavaliers y todo Cleveland se preguntaban: ¿LeBron, dónde estás?
A ROMPER LA ESCOBA EN LOS MINUTOS FINALES
Durante el Game 2 en el TD Garden un soberbio JR Smith se burlaba de los hinchas verdes haciendo gestos de una barrida. El honor de los Celtics retrucó dicha burla en los minutos finales del juego, donde tras la falta de fluidez ofensiva de Cleveland, los Celtics conseguían quebrantar el aro rival. Marcus Smart embocaba su séptimo triple de la noche y lograba lo inimaginable: empatar el marcador a 95 a menos de 6 minutos del final y luego de estar abajo por 21 puntos, tremendo comeback de los Celtics.
Pronto Kelly Olynyk se encargaba de colocar a los Celtics arriba. Los Cavaliers recuperarían la ventaja y nuevamente los Celtics responderían, los últimos minutos fueron de alternancia en el marcador. Con LeBron ausente la balacera se daba entre Horford-Jerebko y JR Smith-Irving, de ese ida y vuelta solo algunos terminarían vivos.
A 10 segundos del final y con el duelo empatado, los Celtics tendrían una última para disparar el tiro de gracia, para entonces Brad Stevens sacaría su bala de oro con el objetivo de matar a la bestia. En una jugada de pizarra con una pared de Horford, Marcus Smart asistiría a Avery Bradley quien no perdonó el tiro abierto y convirtió el triple de la victoria dando un balazo fulminante a la bestia gigante de Cleveland, que cayó de rodillas, agonizando frente a todo su público.
Stevens sacó su bala de oro. Foto: EFE
Final del encuentro, los Celtics rompieron la escoba de los Cavaliers y toda la ciudad de Cleveland tiembla, se alarga su camino a las finales de la NBA.
Con la derrota en casa, los Cavaliers pierden el récord y no podrán llegar a las finales con un perfecto 12-0. LeBron James con 11 puntos estuvo ausente en los minutos vitales de los Celtics en el tercer cuarto, y nuevamente no apareció en todo el último cuarto, donde no sumó un solo punto y recordó al mismo LeBron ausente y perdedor de las finales del 2011 frente a los Dallas Mavericks de Dirk Nowitzki.
En los últimos 16 minutos y 31 segundos, LeBron James una vez más se achicó, convirtió 3 puntos en toda la segunda mitad y no supo sacar la chapa de los grandes terminando con una vergonzosa noche de 11 puntos y 6 pérdidas de balón, lanzando como un amateur con 4 aciertos en 13 intentos, 30% de efectividad en tiros de campo y 0% en triples (0/4), en 45 minutos de juego.
El verdadero rey –Michael Jordan– nunca perdió unas finales (6/6), no necesitó jugar un séptimo partido definitorio y nunca se ausentó en los Playoffs como ya es típico en LeBron, el rey infame que suma su séptimo partido de Playoffs con apenas 15 puntos (2 con menos de 10) y hasta la fecha ha perdido 4 finales de las 7 que jugó.
Un equipo sin su megaestrella y de menor talle físico destrona al equipo campeón vigente, reforzado y mejor pagado de la NBA, que presentó una defensa pobre, malos movimientos, ataques poco inteligentes y por sobre todo: sin ajustes técnicos.
LA ACTITUD ES MÁS GRANDE QUE EL TALENTO
Gran partido de los Celtics que no bajaron los brazos, se tiene que creer mucho en el equipo para superar una adversidad tan grande como la que se enfrenta el equipo de Boston. Con entrega conjunta del equipo y de cada jugador los dirigidos por el Stevens fueron contagiados de garra y valentía para atacar y defender su orgullo como sólo el equipo celta lo pudo hacer.
En un escenario brillante de tantas estrellas fue Marcus Smart quien brilló con mayor intensidad en el partido de su vida, donde comandó a su equipo encestando triples a lo Curry, superando a Larry Bird (1986 con 5 triples) y Ray Allen (2008 y 2010 con 5 triples) y convirtiéndose en el Celtics con mayor cantidad de triples anotados en una final de conferencia con 7 aciertos (70%).
El valor de Crowder, Al Horford, Jerebko y Bradley fueron puntos claves para la victoria. Seis jugadores de los Celtics terminaron la noche con doble dígitos: Marcus Smart con 27 puntos, Avery Bradley con 20, Al Hoford con 16, Crowder con 14, desde la banca Kelly Olynky y Jonas Jerebko con 15 y 10 puntos respectivamente.
Horford sobre la victoria: “Esto es muy grande, muy grande. Muchas personas dudaban de nosotros, pensaban que estábamos acabados. Pero este equipo tiene mucho corazón. Todo se trata de cómo te recuperas de los golpes, y esta noche lo hemos hecho”. Al mismo tiempo Jerebko manifestó que “veníamos con bajas, pero siempre creímos en nosotros mismos. A pesar de que otras personas de alrededor dicen lo que quieren, nuestro equipo siempre creyó en ganar”.
Mañana se juega la cuarta final y habrá un quinto partido en Boston, ¿Creen en los Celtics o creen que lo de ayer fue espejismo?