Veinte años después de su debut en la tierra batida de París, diez después de su único triunfo, el helvético de 37 años volvió a comprobar, en una central repleta, que sigue siendo el hombre más querido por el público francés.
También demostró que los problemas físicos que le obligaron a retirarse del pasado torneo de Roma son historia, al deshacerse sin problemas de un rival que comenzó nervioso y que, pese a que llegaba con el triunfo en Marrakech en su palmarés, no puso problemas a Federer.
En segunda ronda, Federer se medirá contra el alemán Oscar Otte, rescatado de la fase previa, que se deshizo en primera ronda del tunecino Malek Jaziri por 6-3, 6-1, 4-6 y 6-0.