La disputa de la final del mundo se encuentra supeditada al dictamen del Tribunal Disciplinario de la Conmebol, que en estos momentos estudia los pedidos de Boca Juniors.
La entidad xeneize solicitó que el partido no se juegue, que River Plate sea sancionado y, por tanto, que el título sea adjudicado al club.
No obstante, en caso de que el fallo no sea favorable, la final se dirimirá el 8 o 9 de diciembre, en campo neutral, tal como lo decidieron este martes los ejecutivos de la Confederación.
A partir de esta decisión, la entidad suramericana baraja varias plazas para llevar la final, y en la nómina figuran ciudades como Catar, Miami y Asunción.
En nuestro país existen solamente dos escenarios con capacidad requerida para albergar el compromiso: el estadio Defensores del Chaco y el General Pablo Rojas, más conocido como La Nueva Olla (Cerro Porteño).
El primero de ellos, la casa de la Selección Paraguaya de Fútbol, se convierte en estos momentos en el estadio mejor perfilado para albergar la superfinal entre los clubes argentinos, según el diario argentino Infobae.
El escenario ubicado en el barrio Sajonia es uno de los más emblemáticos de la región y cuenta con un aforo para 42.354 espectadores, un poco inferior a los 66.266 que permite el Antonio Vespucio Liberti del club millonario.