Boca Juniors garantizó su clasificación para los octavos de final de la Copa Libertadores al ganar por 0-2 al Fluminense en un partido con sabor de revancha por la victoria que los brasileños habían facturado en La Bombonera.
Darío Cvitanich anotó el primer gol argentino, aprovechando una serie de errores de la defensa brasileña poco antes del descanso y Juan Manuel Sánchez Miño remató a los brasileños en el minuto 74, tras una buena jugada colectiva.
El Boca obtuvo su tercer triunfo en la fase de grupos gracias a su acierto en los contragolpes y, sobre todo, a un inteligente despliegue en el centro de la cancha, que le sirvió para anular la creación de juego del Fluminense, que hoy pecó de inocencia y de falta de picardía.
Con su primera derrota en la Libertadores el Fluminense se estancó en 12 puntos, el Boca se alzó a 10 y disipó las opciones de clasificación del Arsenal de Sarandí argentino, que cuenta con seis enteros después de su victoria en este martes sobre el Zamora venezolano, que tiene un punto.
Dada la buena situación de ambos equipos en la tabla, ni el Fluminense ni el Boca se sentían hoy apretados por las urgencias de los resultados, así que plantearon un partido abierto, equilibrado, con un inicio vibrante y ocasiones en ambas áreas.
El ‘Flu’ trató de asumir el mando, pero enseguida se topó con un equipo recio en el centro de la cancha, que supo guardar el orden lo suficiente como para mantener a raya a los brasileños.
El Boca, que esperaba su ocasión a la contra, logró el gol tras una sucesión de errores defensivos del Fluminense, que le sirvieron para quedarse solo ante el portero a Darío Cvitanich, que no falló y definió con clase.
Los locales, bastante maniatados, solo lograron un poco de aire gracias al joven Wellington Nem, el único que inquietó a la zaga ‘xeneize’ en momentos puntuales gracias a su destreza en el regate.
Echó mano el Fluminense de su pundonor para tratar de devolver la igualdad al marcador y, a embestidas intermitentes, consiguió incomodar un poco a los argentinos, que estaban más turbios en la segunda parte y defendían más cerca de los dominios del guardameta Agustín Orión.
Cuando más apuros estaba sufriendo el Boca, llegó el segundo gol, el de la tranquilidad, en una buena jugada de Pablo Mouche que, desde el área grande, centró al segundo palo para que Sánchez Miño terminase la faena.
A cinco minutos del final el Fluminense tuvo la ocasión de disminuir el marcador en un penalti tirado por Rafael Moura, cuya trayectoria adivinó el portero Orión, que firmó una buena noche. EFE