Blas Brítez - bbritez@uhora.com.py
Escuchar hablar a José Luis Chilavert (1965) es encontrarse con un titular periodístico en casi cada frase suya. Cuando el tema es la Selección, donde fue arquero, capitán y goleador, es todavía más picante en sus declaraciones. No es para menos: Se trata de uno de los protagonistas principalísimos de la vuelta de Paraguay a los mundiales de fútbol en 1998, luego de doce años de ausencia. Sin lugar a dudas, es el portero más decisivo dentro y fuera de la cancha de la historia albirroja. Como tal, tiene mucho que decir y sus opiniones nunca pasan desapercibidas.
Desde Buenos Aires, el número 1 se refiere con preocupación a “la inestabilidad que existe hoy en la Selección”. Para él, el principal problema que existe, cuando quedan poco más de dos semanas para el partido contra Perú en Lima, es que no se sabe todavía cuál es el equipo titular que Paraguay tendrá en los partidos previstos para este año. “Hasta ahora lo que se ha mostrado es muy bajo y preocupante. Yo veo muy difícil que podamos llegar al Mundial de Qatar”, opina.
¿A qué se debe esto? En primer lugar, porque “no se tiene un equipo base y (Eduardo) Berizzo no trabaja durante la semana”, según Chilavert. El ex arquero de Vélez Sarsfield es todavía más gráfico cuando ahonda en los motivos de su pesimismo hacia las posibilidades del equipo paraguayo: “Son oficinistas los que trabajan hoy en la Selección Paraguaya”, dispara, fiel a su estilo.
Pero no responsabiliza solamente al director técnico de lo que considera la complicada realidad de la Albirroja. Levanta cargos también contra lo que define como “una cofradía” existente en la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). A la cabeza, por supuesto, ubica a los dirigentes: “Quienes tienen la culpa de esto son los dirigentes. La APF es un grupo de amigos que destruyen el fútbol. Todo está en mal funcionamiento”, resume.
Chila aprovecha para ejemplificar, según él, el momento en el que se encuentra la APF, haciendo referencia al conflicto existente entre la misma y el presidente del Olimpia: “Hasta ahora no se sabe cuáles son los fundamentos y argumentos que han salido en contra del presidente del Club Olimpia, Marco Trovato. Eso genera sospechas y una gran inestabilidad en nuestro fútbol”. Para él, quien pierde siempre es el fútbol paraguayo. Incluso cree que lo que hay que hacer es “terminar con el clientelismo político”. Además, opina “la gente está cansada de tanto fracaso”, por lo que “hay que buscar nuevos dirigentes”.
En lo que hace al aspecto netamente futbolístico, Chilavert cree que Paraguay ha perdido su identidad juego. ¿Cuál es esa? Describe: “Nosotros siempre hemos jugado un fútbol agresivo, lo que hicimos siempre fue presionar en todos los sectores, abrir la cancha, tirar centros, ser fuertes en las pelotas paradas. Nuestro tipo de juego, nuestra identidad está más cercana al estilo inglés. Hay que recuperar ese estilo”. Es decir, el ex portero está convencido de que hacerle jugar a Paraguay “un sistema argentino, brasileño o uruguayo”, no es la salida para la Selección Nacional.
Cuando se le pregunta si, para replicar el sistema tradicional del cual habla, es necesario que un paraguayo esté sentado en el banquillo, es categórico: “No necesariamente. Pero desde que (Francisco) Arce fracasó es más difícil que tengan en cuenta a un profesional del país”, finaliza Chilavert.
“No se trabaja con una Selección casera”
Julio César Romero (1960), en los partidos de primera ronda contra Irak y México en 1986, marcó sendos goles que posibilitarían la clasificación guaraní, por primera vez en la historia, a la segunda fase de un mundial.
Treinta y cuatro años después, Romerito habla con ÚH desde su Luque natal. Como cualquier hincha paraguayo, pero más aún como un referente de aquella selección, Romerito opina: “Le veo con muchas dudas, no la veo muy aplomada”. Es, por supuesto, la particular voz que de Romerito conocemos. Prosigue: “Se hizo un trabajo, pero no continuado, todo fue de manera muy aislada. Lo que pasa es que no se juega con futbolistas de la casa, no se trabaja con una Selección casera”.
Darle amistosos a una selección casera “es lo que se podría haber hecho, aunque no sabemos si será lo suficiente para llegar”. Tiene, además, un par de argumentaciones para defender un equipo permanente de no foráneos: “Falta darle confianza a los jugadores locales, especialmente a los más jóvenes que van surgiendo con buen nivel. Es que va a llegar el momento en que vamos a necesitar de ellos”.
Además, habla de la ventaja que supone contar en el país con los jugadores por más tiempo, “así en las eliminatorias podemos tener un equipo con rodaje”.
Una buena ocasión para conseguir la cohesión grupal de futbolistas de clubes paraguayos es, según Romerito, la Copa América a disputarse en Argentina y Colombia en junio próximo. ”Creo que para la Copa América que viene Paraguay tiene que prepararse con jugadores de la casa, para foguear a los futbolistas jóvenes y para competir con los mejores”, afirma.
“Creo que, si entramos con el pie derecho en estos primeros partidos, podemos clasificar”, confía el viejo ídolo del Spvo. Luqueño y Fluminense.
“No perdonábamos jugando en casa”
Carlos Gamarra (1971) fue durante varios años capitán de la Selección. En Francia 1998, el defensor instaló un inusual récord : disputó cuatro juegos sin cometer falta alguna. La imagen suya con el hombro dislocado, cabizbajo, el brazo inmóvil tras el gol de oro de Lauren Blanc en el alargue contra el local, es una postal de su temple.
Gamarra más bien respira optimismo. “Creo que todos tenemos gran expectativa, siempre está la ilusión por el trabajo que se está haciendo. Tampoco hace mucho tiempo que se comenzó, pero ojala dé sus frutos”, empuja el capitán en Alemania 2006.
Con respecto al nivel futbolístico demostrado hasta ahora, Gamarra cree que “en los últimos estamos un poco mejor en nuestro juego, se toca bien el balón, se tiene la posesión de la pelota, que siempre fue el anhelo del fútbol paraguayo”. Poniéndose a analizar cuál sería el aspecto menos desarrollado por el equipo, asegura que “lo que nos falta es contundencia”, pero que eso de apoco se irá consiguiendo.
Para lo inmediato, que es el partido contra Perú, Gamarra afirma que “siempre la victoria es la que más da confianza al equipo para lo que resta. Ganando a Perú, sería ganarle a uno de los rivales directos”. Las estadísticas no nos favorecen y el Colorado lo sabe muy bien. Sin embargo, sorprende con una cábala: “En Perú casi nunca conseguimos ganar. Es siempre muy difícil disputar el primer partido. A nosotros nos funcionó como cábala perder siempre el primer partido en Lima”, dice y ríe.
Finalmente, la clave estaría siempre en los partidos en Asunción. “Nosotros no perdonábamos jugando en casa”, recuerda. “Acá tenés que ganar, si no estamos complicados. En Asunción está la base de la clasificación. Pero podés tener un margen de error mínimo, principalmente con los adversarios directos”, concluye.
“Le falta carácter a Eduardo Berizzo”
Miguel Peque Benítez (1970) fue el único delantero que jugaba en Europa en la Selección de 1998. Además, no había debutado en primera división en Paraguay cuando convirtió el 2 a 1 transitorio contra Nigeria, el día de la clasificación histórica en Toulouse. El grito en la garganta y debajo de la camiseta, otra que tenía una inscripción de las que ya no se permiten: “Felicidades, mamá”.
“Para lo que demostró hasta ahora la Selección, creo que no termina de convencer. Me parece que el entrenador actual está buscando los jugadores idóneos para hacerse fuerte, pero no los encuentra”, explica Benítez. “Esperemos que no tarde mucho en encontrar, Paraguay depende de eso en estas eliminatorias”, completa.
Según el ex delantero del Español de Barcelona, hay posibilidades de clasificar porque existen jugadores con experiencia en el exterior que tienen facilidades para asimilar las ideas de Berizzo, su sistema táctico. “Depende mucho de cómo encare los partidos en casa nuestra clasificación. Después está el saber mentalizarle al jugador, motivarle”, afirma.
A propósito del entrenador argentino, confiesa que le dio curiosidad su venida por su filiación bielsista. “Marcelo Bielsa tiene mucho carácter y cada partido plantea a la manera de ese partido. Es muy metódico en todo lo que hace. Vive lo que hace”. ¿Y Berizzo?, pregunta ÚH. “La verdad que le falta carácter. Al paraguayo tenés que encararle y decirle las cosas bien claras. Y, por supuesto, sacarle esa garra si es que la tiene”, responde.
Como otro elemento acaso no extrafutbolístico, Peque cita la mística. Y a la hinchada. Concluye: “Se perdió un poco la mística que teníamos antes. Es la mística de mojar la camiseta, con garra y corazón. Tendríamos que volver a eso. Además, acá siempre va a ser de gran ayuda el apoyo de la afición, en eso de empujar a los jugadores”.